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De que es complejo sacar adelante un medio de prensa musical independiente en Chile, lo es. Por eso, mantenerse al pie del cañón durante 10 años, es realmente un gran hito, que merece ser celebrado con todo. Y así fue.
iRock Webzine cumplió 10 años de vida, e ideó un evento lleno de música chilena en el Teatro Cariola, en una fiesta que comenzó a vivirse desde temprano, con una logística de primera, permitiendo que cada cambio entre bandas fuese rápido.
A las 18:30 salía a escena Desvalijados, banda que editó el disco El Rock se Escucha Fuerte el año 2021 e irrumpió con fuerza gracias a sus grandes composiciones, que se basan en el clásico rock and roll rollinga, pero que agrega elementos más pesados sostenidos en una gran base bajo y batería, lo cual le añade una fuerza arrolladora, que en vivo se hace mucho más patente. La presentación tuvo gran calidad interpretativa, una batería arrolladora, armonizaciones y mucha pasión. La gente no era mucha aún, pero los que estaban lo vivieron a concho, y los que no, se lo perdieron.
Sobrekarga fue el siguiente número, con un hard rock fuerte y con ánimo de juerga, sello característico desde siempre. Fervientes herederos de la tradición AC/DC (no por nada comenzaron siendo una banda que homenajeaba a los australianos), sus composiciones se escucharon fuerte y precisas, agregando el clásico sonido y sentido fiestero, muy acorde a la ocasión. La pasión del rock and roll se vivió a full con esta actuación, gracias a temas imperdibles de su disco La Teoría del Desórden.
Enseguida, el momento lisérgico de la noche, con toda la potencia de Horeja, quienes mezclan distintos estilos amalgamando un rock a veces cercano al metal, a veces cercano al funk y a veces con una dureza y unos contratiempos en clave djent, pero con identidad y onda para regalar. Un solo de Álvaro Poblete en batería deja a todos atónitos durante la interpretación de ‘Poder Popular’, y las constantes arengas de Matías Undurraga, el vocalista, mantienen un ambiente eufórico y agradecido por un show monstruoso.
Así, entramos en tierra derecha, con la presentación de una de las bandas regalonas del público: Hijos de Algo. El cuarteto suena apretado y arrollador, sin dar muestras de que llevan poco tiempo con Pancho Rojas como cantante. La partida es con todo, ya que ‘Noneno’ es un caballito de batalla, así que la fiesta se desata desde el primer segundo. Hay grandes riffs y arreglos que conforman canciones enormes, himnos del rock chileno actual, y así se vive en la cancha, con el puño en alto y las ganas de que no paren.
Y el cierre en grande, con un Cariola extasiado debido a la gran cantidad de público, es con los grandes Kuervos del Sur, íconos, y la banda más grande del rock independiente, más convocantes incluso que varios consagrados. Como cada sesión de música a cargo de los Kuervos, la comunión con el público es total, y en una noche que tuvo temazos como ‘El Indio’ y ‘El Brujo’, lo más atractivo era la interpretación de su clásico segundo disco ‘El Vuelo del Pillán’, show que han llevado a distintos escenarios y que se presentaba por última vez, al menos en Santiago. Si estás ahí, estás cantando, estás saltando y estás emocionado, porque así se vive un show de Kuervos del Sur. Hay favoritas, como ‘El Árbol del Desierto’, pero todas se corean y viven con el alma, culminando una fiesta conmemorativa que no es muy común en Chile, pero que se sacó adelante con ese espíritu que mantiene en alto al rock y a los medios independientes en Chile.
Hubiese sido ideal que desde el comienzo el marco de público hubiese sido mayor, pero hay que ir acostumbrando a la gente a aquello, por lo que es muy positivo partir a la hora pactada y que de a poco algunas malas costumbres vayan cambiando. Shows impecables de cada banda, junto a un gran sonido y un tremendo ambiente, fue la tónica de esta noche histórica para iRock, que ojalá pueda replicarse para volver a vivir jornadas como ésta.
Texto: Felipe Canales Pangui
Fotografías: ph.delrio__