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Una noche cargada de Heavy Metal vivimos este pasado jueves 26 de enero en Club Chocolate, que siempre nos crea un ambiente más íntimo y familiar.
Hëiligen
Puntuales a las 19:00 horas, los nacionales de Hëiligen hacen su ingreso a la tarima posicionándose en sus instrumentos mientras escuchábamos la intro ‘The Holy Path to Glory’ de fondo. Con un público que incrementaba cada vez más, se entona ‘Shadows in the Church’ que nos deslumbraba con un excelente desplante escénico que encendía los ánimos de todos.
Continúa ‘Rage of the Gods’ con una vibrante y potente voz por parte de Renzo Palomino que en conjunto de ‘Gladiator’ elevaban toda la potencia del Heavy junto a los músicos Johnny Krautmann en batería, Hugo Sánchez en guitarra y Juanjo Pulpeiro en bajo quien además nos deleitó con un hermoso solo.
Para ‘Prisoners of Faith’ sigue el power por parte de los chicos y los fanáticos que ya vislumbraban sus headbangings para llegar al cierre de su presentación con ‘Return to the Battle’ que es parte de su EP del mismo nombre, donde Palomino realiza un gran y afinado grito que erizaba nuestros sentidos para llenarnos de energía para el plato principal, pero no antes sin ser despedidos con vitoreos y fuertes aplausos.
Geoff Tate
Pasadas las 20:00 horas y con un Chocolate repleto, comienza la intro donde los músicos acompañantes toman sus puestos correspondientes para interpretar ‘Walk in the Shadows’ de la placa ‘Rage for Order’ de 1986 y que genera fuertes gritos y cánticos entre los asistentes. Hecho que se repitió para ‘I Dream in Infrared’ y ‘The Whisper’, viendo puños en alto y escuchando la excelente voz de Geoff quien se daba el tiempo de saludar a la fanaticada.
En ‘Gonna Get Close to You’, ‘The Killing Words’ y ‘Surgical Strike’ la euforia continúa y además escuchamos una gran destreza instrumental por el lado de Kieran Robertson en guitarra, Danny Laverde en batería, Bruno Sa en teclado, Jack Ross en bajo y Alex Hart en guitarra que nos guía a ‘Neue Regel’ donde Tate nos indica que esta melodía fue muy criticada por ser oscura y ruda pero que aún así marcó su éxito tras ser lanzada. En ‘Chemical Youth (We are Rebellion)’ la potencia fluye conjunto a un excelente solo de guitarra por parte de Kieran que además muestra varios cabeceos entre la masa presente. Luego procede lo mismo en ‘London’ con el solo de batería de Laverde. Se enlistan ‘Screaming in Digital’ y ‘I Will Remember’ que darían el cierre para la primera parte del espectáculo que nos traía el vocalista de Queensrÿche.
Tras varios minutos comienza la segunda parte dedicada al disco ‘Empire’ que ya cumple 30 años de su estreno y que además daba el nombre a esta gira. Los gritos de admiración hacia Geoff saturaban las paredes del recinto y esto llenaba de amor al cantante quien se mostraba muy contento de estar aquí, para así tocar ‘Best I Can’, ‘The Thin Line’ (con saxo incluido en manos de Tate) y ‘Jet City Woman’, esta última cantada de principio a fin.
Si bien quienes llenaban el local de Barrio Bellavista mostraran su felicidad con entusiasmo, era tiempo de tomar aliento y qué mejor que ‘Della Brown’ para esto, ya que así todo vuelve a la normalidad junto a ‘Another Rainy Night (Without You)’, ‘Empire’ y ‘Resistance’ que dejó oír los clásicos “olé, olé, olé” y además ver al vocalista firmar unos cuantos vinilos en pleno show.
Ya para ir culminando sigue ‘Silent Lucidity’ en donde vemos muchos smartphones grabando este bello momento ya que era una balada dedicada a todas las parejas que presenciaban el concierto. Luego se retoma el rock & roll con ‘Hand on Heart’, ‘One and Only’ y ‘Anybody Listening?’ dejando en claro que la fiesta no cesaba. Aunque lamentablemente sí era momento de cerrar la velada, y nada mejor que hacerlo con la tremenda ‘Eyes of a Stranger’ que lanzó la casa por la ventana entre gritos, saltos y puños en alto.
Una noche inolvidable para los amantes de la buena música que Geoff y compañía saben hacer, y qué más que también ser una fuerte fuente de inspiración para las grandes bandas nacionales como lo es Hëiligen con una energía que la rompe en cada evento que dan, sin ser este, la excepción.
Texto: Andree Sepulveda