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La noche del 7 de agosto de 2025, el C4 Concert House se convirtió en el epicentro de una descarga de energía, brutalidad y conexión emocional cuando The Devil Wears Prada volvió a Guadalajara. Con un setlist cuidadosamente estructurado para alternar momentos de caos absoluto y pasajes más melódicos, la banda estadounidense reafirmó por qué sigue siendo uno de los nombres más sólidos y respetados dentro de la escena metalcore internacional.

Pero, previo a los originarios de Ohio, el acto de apertura corría a cargo de la banda tapatía Tresseises. Los cuales habían recorrido un poco su set, debido a ciertos temas técnicos que también influyeron en el acceso del público al recinto.
Pese a aquellos detalles, todo salió perfectamente ejecutado y con un venue que poco a poco se llenaba.

Temas como “Morir es vivir”, “Ser Humano”, “¿Cuál es tu nombre?” Y “DLV” sonaron fuerte y con gran poder Tresseises se encargó de dejar encendido y listo todo para recibir a la banda estelar.

Minutos después y con sumo entusiasmo, el público se encontraba más que listo para recibir a The Devil Wears Prada, que, cuando el momento llegó, podemos decir con total seguridad que el C4 se convirtió en una explosión instantánea de emociones y un rugido colectivo que recibió a la banda de manera espectacular.

Desde los primeros acordes de “Watchtower”, el público quedó atrapado en una marea de riffs demoledores y gritos que retumbaban en cada rincón del recinto. El salto inmediato a “Danger: Wildman” y “Born to Lose” mantuvo la intensidad en niveles altísimos, con un mosh pit que se abrió de inmediato y no volvió a cerrarse en toda la noche.

Tras un breve interludio, “Salt” aportó un momento más atmosférico, pero lejos de bajar la guardia, sirvió como respiro antes de que el emotivo “Broken” tomara el control, acompañado de uno de los primeros momentos de interacción directa con el público. La banda no solo tocó: conversó, compartió y dejó que la audiencia sintiera que formaba parte de algo más que un simple concierto.

[LIVE REVIEW] The Devil Wears Prada desata una tormenta sonora en Guadalajara.

El bloque central fue un vaivén entre furia y catarsis: “Ritual”, “Reasons”, “Noise” y “Reptar, King Of The Ozone” desataron saltos, empujones y coros a todo pulmón, mientras que “Escape” sirvió como puente perfecto hacia una de las interpretaciones más conmovedoras de la noche: “For You”, con un puente extendido que hizo vibrar cada fibra del lugar.

Cabe destacar el particular detalle de usar camisetas de equipos de futbol mexicano distintivas en cada ciudad en la cual se presentaron. En Guadalajara por ejemplo, la camiseta elegida de la noche fue la del Atlas FC, la cual Mike Hranica portó con orgullo mientras entonaba “Ritual”

Uno de los momentos más celebrados llegó con la presentación de la banda antes de “Dez Moines”, un clásico que incendió el C4 como si fuera la primera vez que se tocaba en la ciudad. La energía alcanzó su punto más alto con “Chemical”, en una versión extendida que combinó crudeza y emoción, para finalmente cerrar con el contundente “Sacrifice”, dejando a todos exhaustos, sudorosos y con la sensación de haber vivido algo único.

La química entre The Devil Wears Prada y su público tapatío es innegable. Cada mirada, cada breakdown y cada coro fueron correspondidos con una intensidad que pocas bandas logran generar. Fue una noche donde el metalcore no sólo se escuchó: se sintió, se gritó y se vivió al límite.

Agradecemos a Sandra Valerio y ACK por las atenciones y facilidades otorgadas para la realización de esta cobertura.

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