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Por motivos laborales y familiares, resultó que al único concierto al que podía viajar y asistir de toda la gira de las leyendas Iron Maiden por Latinoamérica, era justamente el último de todos en Sao Paulo Brazil, un sábado recién entrado el mes de Diciembre.
Y esas casualidades de la vida hicieron que justamente, este último concierto de Maiden en su gira sudamericana, fuera el último de la carrera de batero Nicko McBrain con la banda. Así que recién llegado a la capital paulista y abriendo las redes sociales, me desayunaba de la noticia que me dejó boquiabierto, pero feliz de poder estar presente en tal especial cita.
Con la ansiedad a flor de piel, procuré concurrir temprano al Allianz Parque, el estadio que albergaba el evento, que resulta ser la cancha del equipo de fútbol Palmeiras. El tiempo, que en Sao Paulo tiende a ser caluroso casi siempre, esta vez estaba con cielo muy cubierto y llegando al estadio empezó una llovizna tenue aunque no molesta, que continuó durante buena parte del show de la banda telonera del día, nada más y nada menos que los daneses Volbeat. Esta banda era para mi una cuenta pendiente verla en vivo, siendo un aliciente más para llegar temprano a la cita.
Entonces, ya adentrándonos en el análisis del show de la banda oriunda de la ciudad de Copenaghe, debo decir que la experiencia fue exactamente lo que estaba esperando, dieron lo que presumía que podían dar. Habiendo escuchado parte de la discografía de la banda, fue una actuación contundente y sin fisuras, con un buen sonido y gran presencia de su líder y alma mater, Michael Poulsen, dueño de una voz extremadamente melódica y potente, que se robaba buena parte de la actuación.
Pero a no engañarnos, la elección de Volbeat como acto de apertura, generó polémica y rispideces entre el público de Iron Maiden. Por qué razón? Es simple, Volbeat no es una banda de Heavy Metal. Si bien vienen de allí, dado que su líder formó parte de una banda de Death Metal en su país natal en la década del 90 y por supuesto tiene mucha influencia de dicho género en sus guitarras; el sonido que le imprimen sus canciones no es metal. El estilo es una mezcla de «rock alternativo» típico de los 90 (el timbre de voz de su cantante se asemeja y mucho a bandas como The Calling, Creed, Default,Nickeback), con hard rock y un toque western y rockabilly que la hace una banda sumamente interesante y única en su tipo. Pero entiendo que haya generado entre los fans más acérrimos de Maiden resistencia y rechazo, al tener un estilo muy distinto al heavy power clásico que nos acostumbra la doncella de hierro.
El actuación de los daneses, que duró una hora exacta, recorrió prácticamente toda su discografía. No faltaron clásicos como “Lola Montez” con su aire western, “Dead but rising”, el cierre con “Still Counting”; ni tampoco un par de temas de su más reciente placa del 2021, llamada “Servant of the Mind”. Pero sin duda, la canción más coreada y aclamada fue la que es su gran hit, la power ballad “Fallen” de su cuarto disco “Beyond Hell, Above Heaven”.
Luego de aproximadamente unos 40 minutos de espera, la luces se apagaron y empezó la gran fiesta. Un nuevo show de la doncella, pero no cualquier show, el último de su emblemático baterista. Más que un concierto, fue una fiesta de principio a fin, una celebración donde todo fue alegría y ya desde antes del primer tema un público totalmente entregado con Nicko McBrain, coreando su nombre en todo momento. Tanto fue así, que hasta el propio Bruce Dickinson se vio un poco opacado por momentos, y le cedió el protagonismo al baterista. Si bien Nicko es de un perfil muy bajo y no habla con el público, varias veces se vió obligado por la situación a levantarse a saludar al público enfervorizado, y dirigirse caminando al frente a agradecer, hacer reverencias y gestos con su cara por el tamaño cariño que estaba recibiendo por todos los presentes en el estadio.
Qué podemos decir en cuanto a la actuación de la doncella en esta noche tan especial? Como nos tienen acostumbrados, la banda dio un show firme y sin medias tintas, que a esta altura ya sale de memoria para ellos. Es que estamos hablando del último tramo de su gira “The Future Past Tour”, que los tenía hace casi dos años de gira por el mundo. Qué tenía de especial este tour respecto a los anteriores? Tenía dos condimentos, el setlist era una mezcla entre su última placa “Senjutsu”, con canciones viejas de la época del “Somewhere in Time” del año 86, de modo que la cosa estuviera bien balanceada.
Del último disco, sonaron “Days of the Future Past”, “Death of the Celts”, “The Time Machine”, “Hell on Earth” que en vivo toma otro cuerpo respecto a la versión de estudio y pinta para convertirse en un nuevo clásico. Finalmente quiero destacar a esa canción llamada “The Writing on the Wall”, que para mi es un tema espectacular, bien rockero, distinto a lo que nos tiene acostumbrados Maiden, y que me voló los sesos desde el primer momento que la escuché por primera vez. Se nota la pluma del tándem “Dickinson/Smith” en la intro de guitarra y ese estribillo tan ganchero.
Respecto al celebrado “Somwhere in Time”, publicado en el año 1986, en mi caso el gran hito era poder presenciar en vivo ese enorme himno llamado “Alexander the Great”. Basado en la figura de Alejandro Magno, jamás había sido tocada en vivo por la banda antes de esta gira. Era un tema muy solicitado por los fans, y por fin la doncella de encargó de satisfacer dicha demanda para esta gira. Fue inolvidable. Y además se despacharon con otros temas como “Cought Somewhere in Time” que le dio arranque a la velada, “Heaven Can Wait”, “Stranger in a Strange Land” y el clasicazo con el que finalizaron la actuación, nada más y nada menos que “Wasted Years”, una canción que pinta a hit radial a pesar de que Iron Maiden no es una banda que se caracteriza por tener temas radiables y comerciales.
También se sumaron algunos clásicos inoxidables de siempre, como “The Tropper”, “Fear of the Dark”, “Can I Play with Madness” y el propio tema “Iron Maiden” del primer disco que le da nombre a la banda. Esta vez quedaron fuera de la gira otros himnos de siempre, como “Hallowed be thy name”, “Run to the Hills”, “666 the Number of the Beast”, que no fueron tocados durante toda la gira mundial.
Finalmente y hablando en general de esta gira de “The Future Past Tour”, si la comparamos con la gira anterior “The Legacy of the Beast Tour” (que también tuvimos el placar de presencial en vivo); no es tan espectacular en cuanto a escenografía y esos “telones” impresionantes presentes en justamente esta gira anterior a la pandemia del Covid 19. No hay aviones que se estrellan, no está Dickinson disfrazado de piloto o como William Wallace con espada, ni tantas interacciones peleando con la mascota Eddie como otras veces. Pero si hay algo nuevo en esta gira a diferencia de anteriores, y es el uso de pantallas Led como parte del show, a los costados del escenario, cosa a la que siempre la doncella se mostró reacia a incorporar, demostrando que al final todo llega y que se puede conjugar con los telones que tanto los caracterizan.
Como conclusión, final del camino para Nicko McBrain como baterista de la banda, hecho previsible dado sus 72 años y teniendo en cuenta el aneurisma que sufrió el año anterior y del cual se sobrepuso para poder seguir tocando en la gira. Es admirable como una persona de esa edad pueda sentarse en una batería doble bombo, a tocar estos temas tan exigentes físicamente. En algún momento era hora de decir basta, y el momento para Nicko fue ahora, con la satisfacción de todo el camino recorrido y que tampoco significa el fin de su vinculación con la banda, dado que el propio baterista anunció que seguirá trabajando para Maiden en algunos proyectos futuros. Si hay algún nuevo álbum de estudio en algún momento, quién dice que él no grabe algunos de los temas junto a Simon Dawson, baterista de British Lion, que fue anunciado como su reemplazo para futuras giras.
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