El mundo del rock siempre ha estado rodeado de misterios sin resolver que surgen una y otra vez en multitud de conversaciones. Este es el caso de la guitarra con la que David Gilmour grabó “Another Brick in The Wall”. El misterio de esta Fender Stratocaster sigue sin estar claro del todo a día de hoy. Y es que, esa #0001 es una guitarra que siempre ha tenido un halo de misterio a su alrededor desde que comenzase su fabricación en 1954.
Este modelo de Fender es uno de los más populares del mundo y no ha parado de producirse en estos casi 70 años. Pero… ¿De dónde surge el misterio con la edición 0001? Durante muchos años, David Gilmour tuvo una Stratocaster con ese número de serie, generando una confusión general que llevó a que todo el mundo creyese que era la primera Stratocaster jamás fabricada. Sin embargo, han sido muchos los expertos que han confirmado que la primera que vio la luz tenía un número de serie de 0100.
Además, según informaba recientemente ‘Ultimate Guitar’, este modelo fue propiedad del experto en guitarras antiguas, George Gruhn. Algo que tiraba por tierra la teoría de que el modelo utilizado por Gilmour fuese el primero de todos. Sin embargo, que no fuese la primera, no quiere decir que no fuese de las primeras en fabricarse. Pero lejos de quedarnos en la anécdota de su posición de fabricación, este instrumento cuenta con un misterio aún mayor.
Es de sobra conocido que David Gilmour compró la guitarra a su técnico, Phil Taylor, por 600 dólares. Con anterioridad, Phil le había comprado la guitarra a Seymour Duncan por 900. Hasta aquí, el rastreo del modelo es sencillo, pero según se sigue escarbando la cosa comienza a enturbiarse a pasos agigantados. Algunas historias apuntan a que la guitarra fue restaurada por Wayne Charvel o, incluso, que fue una fabricación de Seymour Duncan. Esta es una de las versiones (recogida por ‘Ultimate Guitar’) que circulan por la red en torno a esta mítica guitarra:
“Esta es una de esas leyendas folklóricas que ha cobrado vida propia. Aquí está la historia real, y en realidad es una historia de dos guitarras. En 1976, justo antes de fundar Seymour Duncan Pickups, Seymour reparaba guitarras en Jensen’s Music, aquí en Santa Bárbara. Mientras estuvo allí, un tipo de Nipomo, California, llamado Richard Green, llevó una Stratocaster del 57 a Seymour para que la arreglara y le diera un nuevo acabado.
Seymour envió el cuerpo a su amigo y colega Wayne Charvel para que lo restaurara. Wayne era un reparador autorizado de Fender. Pero Wayne no pudo restaurarla porque las abolladuras y muescas eran demasiado profundas para un acabado transparente. Así que Wayne usó otro cuerpo de Fender, la pintó y se la envió a Seymour. (En los años 70, cuando enviabas un mástil o un cuerpo a Fender para reemplazarlo, la práctica era cortar el original por la mitad y tirarlo. Sin embargo, en este caso, el cuerpo original no se destruyó…)”
El mástil original fue para otro reparador de Santa Bárbara, Phil Kubicki, quien lo restauró. Eventualmente regresó a Seymour, quien volvió a enchapar, volvió a armar la guitarra (con el nuevo cuerpo) y se la devolvió a Richard Green. La placa del mástil decía el número de serie #0001, pero Seymour sabía que no era exacto ya que Fender no hacía acabados de colores sólidos en ese entonces.
Algún tiempo después, Seymour estaba visitando la tienda de Wayne y vio el cuerpo original del 57 y lo compró para usarlo en una guitarra de prueba que estaba construyendo. Seymour compró un mástil de arce del 57 a Kubicki por 85 dólares y lo atornilló al cuerpo del 57. Enrolló algunas réplicas de pastillas de los años 60 y usó la guitarra como banco de pruebas.
Finalmente, vendió la guitarra Frankenstein a un tipo llamado Phil Taylor, quien a su vez se la vendió a David Gilmour por 600$. La placa del cuello decía #0001; pero al igual que el de Richard Green, Seymour creía que no era original. Tenga en cuenta que esto fue mucho antes de que comenzara la moda de la guitarra vintage; y fue 15 años antes de que se vendiera la primera camioneta Antiquity.