Un día como hoy, pero en 1955, Little Richard grababa su éxito ‘Tutti frutti’. Conoce el detrás de esta joya del rock and roll.

El 14 de Septiembre de 1955, acompañado por la banda de Fats Domino, Little Richard grababa en los estudios J&M de Nueva Orleans ese ritmo explosivo que conocemos como ‘Tutti frutti’. Rápidamente, se convirtió en una de las piezas más salvajes de la historia del rock and roll. El éxito fue tal que incluso, un año más tarde, en 1956, esta bomba musical también fue grabada por ‘El Rey’ Elvis Presley. Conoce un poco más de este éxito que cumple 65 años.

Historia del ‘Rock’ es una colección de El País Semanal y acá se nos relata los inicios de Little Richard y cómo fue que este pasó de tener un empleo como lava plato a crear un himno para su época, el cual aún mantiene su brillo particular y pone a bailar a los amantes del rock and roll.

En uno de los capítulos se nos relata que para 1951, y como consecuencia de haber ganado un concurso local, Little Richard debuta en RCA, marca para la que registraría ocho discos sencillos. En esta etapa se nota la influencia de las celebridades de rhythm and blues de la época; resaltan nombres como Roy Brown o Wynonie Harris. Sin embargo, sus primeros trabajos musicales no logran popularidad entre los oyentes, y en 1954 pasa a otra discografía, Peacock, para la que realizará algunas canciones más sin lograr resultados destacables.

Es durante esta primera etapa profesional que, Little Richard comienza a centrarse por acelerar su visión de rhythm and blues, así como de exagerar y confundir sus características estéticas. Ya deseaba convertirse en algo más. Al darse cuenta que su carrera se encontraba estancada, opta por mandar una cinta de prueba a un popular sello discográfico de Los Ángeles, Specialty. Sin embargo, para ese tiempo se vio obligado a trabajar lavando platos en la estación de autobuses de Macon: fue un momento difícil para el cantante.

Luego de seis meses, cuando las esperanzas parecían perdidas, llegó la respuesta positiva de Specialty: un billete de avión a Nueva Orleans, por aquel entonces una de las capitales de la música sureña y centro de operaciones de algunas discografías. Sin embargo, las primeras sesiones no daban resultados. Los nervios y el actuar con músicos desconocidos parecían los culpables. Pero durante un descanso, Little Richard se sienta al piano y balbucea de forma espontánea una de las canciones que había estado tarareando mientras lavaba platos

Bumps Blackwell, el productor a quien Specialty había confiado su nuevo talento, captó enseguida el éxito. ¡Ya está! Fue el primero en ver que Tutti frutti tenía serias posibilidades comerciales. Las ventas del disco confirmarían, poco después, que iban en la dirección correcta. ‘De esta manera, el excéntrico y alocado Little Richard había dado inconscientemente con la fórmula de una música que, en el mejor de los casos, pondría el mundo patas arriba. Tutti frutti sintetizaba en unos pocos minutos de magnífica histeria los rasgos básicos de su estilo’, se menciona en el capítulo.

Agregan que ‘la voz estridente y desmandada de Little Richard, su turgente y urgente interpretación de aquella onomatopéyica canción, eran demenciales. El resultado fue explosivo: tanto las emisoras blancas como las de color lo radiaron como enorme éxito’. Lo que siguió para Little Richard fueron sus famosos temas como ‘The girl can´t help it’, ‘Slippin´ and slidin´’, ‘Ready Teddy o Good golly Miss Molly

Sus siguiente creaciones fueron igualmente delirantes, con títulos como ‘The girl can´t help it’, ‘Slippin´ and slidin´, ‘Ready Teddy’ o ‘Good Golly, Miss Molly’. De esta manera, Little Richard logró concretar su estilo e inyectar su particular dosis de sensorial desenfreno a una sociedad que aún no estaba preparada para su reinado musical. Fue la época de este espíritu irrefrenable.

Fuente: Historia del ‘Rock’


Disfruta y celebra con el gran tema de Little Richard, ‘Tutti Frutti’:

Little Richard tocando ‘Tutti Frutti’ en 1995 durante el concierto para el ‘Rock & Roll Hall of Fame‘:

Versión de ‘Tutti Frutti’ de Elvis Presley, 1956:

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