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Fecha: 15 de noviembre de 2024
Lugar: Café Iguana, Monterrey, NL
Duración: 90 minutos
El Café Iguana, hogar de tantas leyendas del metal en Monterrey, recibió este viernes a los veteranos finlandeses de Sonata Arctica, en una noche que combinó riffs melódicos, mensajes de esperanza, y un público entregado al espíritu del Power Metal.
Una espera llena de expectativas
Desde temprano, los fans comenzaron a llenar el recinto, preparados para una noche de emociones. Aunque se comentó sobre la ausencia de un telonero anunciado, no hubo postura oficial al respecto en redes sociales. La impaciencia del público se hizo notar cuando, entre rechiflas y gritos de «Sonata, Sonata», los técnicos de audio subieron al escenario para preparar todo. Pero el momento esperado finalmente llegó: cerca de las 10 de la noche, las luces principales se apagaron y los gritos de la multitud dieron la bienvenida a Sonata Arctica.
Un setlist sólido y una conexión especial con el público
La banda abrió con ‘First in Line’, marcando el inicio de un setlist que, como siempre, fue cuidadosamente armado para complacer tanto a los fans de antaño como a los más recientes. El sonido, aunque decente en general, tuvo momentos donde el bajo y la batería opacaron otros instrumentos, pero esto no disminuyó la experiencia general.
Entre canciones, Tony Kakko, fiel a su estilo carismático y amable, aprovechó las pausas para compartir mensajes positivos, bromear con el público y recordarnos, con un toque filosófico, que dentro de cada uno de nosotros habitan dos lobos, y debemos elegir cuál alimentar. Este tipo de interacción es lo que hace de los conciertos de Sonata Arctica algo más que una experiencia musical: es una conexión emocional.
Momentos inolvidables: Tallulah y FullMoon
Desde el inicio, el público respondió con energía, coreando cada canción y elevando la atmósfera con cada minuto que pasaba. Sin embargo, los momentos más memorables de la noche llegaron con ‘Tallulah’, esa balada que se ha ganado el apodo de la hacedora de bebés, y con la épica ‘FullMoon’, donde las voces de los asistentes prácticamente ahogaron la de Kakko. Ambos temas dejaron claro que esta es una banda que sabe cómo tocar las fibras más sensibles de sus fans.
Encore: Una despedida con estilo
Cuando el público comenzó a corear ‘¡otra, otra!’, quedó claro que la noche aún no había terminado. Sonata Arctica regresó al escenario para cerrar con fuerza, entregándonos ‘Flag in the Ground’ y la icónica ‘Don’t Say a Word’, una canción que encapsula la esencia misma del power metal: potente, melódica y llena de energía.
La respuesta de la audiencia fue pura alegría, demostrando que los fineses siguen siendo una de las bandas más queridas en la escena del metal melódico.
Conclusión: Power metal con “bonita onda”
Como alguien que no había asistido a un evento de Power Metal antes, este concierto fue una experiencia reveladora. En comparación con otros géneros del metal, aquí se sintió una vibra más relajada, una ‘bonita onda’ que contrasta con la intensidad visceral de otros estilos. Además, fue notable la presencia femenina, una señal de la diversidad del público que este género puede atraer.
Con una duración de aproximadamente 90 minutos, Sonata Arctica logró transformar el Café Iguana en un santuario de melodías épicas, riffs poderosos y una conexión genuina con su audiencia. Fue una noche que demostró que el power metal no solo llena de energía, sino que también deja un mensaje de esperanza y unidad.
Agradecimientos especiales a Carlos Reta y Cacique por permitirnos cubrir el evento.
Mas de nuestra galería:
Setlist:
First in Line
Dark Empath
I Have a Right
California
Angel Defiled
Broken
The Last Amazing Grays
Tallulah
Replica
My Land
FullMoon
Flag in the Ground
Don’t Say a Word
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