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La noche se encendió en el Fuckoff Room con la presentación de Union 13, banda que sigue demostrando que el punk no solo se toca, se vive. Desde los primeros acordes, la intensidad en el ambiente fue innegable: emoción, gritos y saltos sincronizados que unieron a todos bajo la misma bandera del hardcore punk.
Cada tema fue una descarga directa al corazón. Las letras, el mensaje y la entrega sobre el escenario recordaron por qué Union 13 en el Fuckoff Room fue mucho más que un concierto —fue una experiencia colectiva, un grito compartido.
Perro Flecha y la chispa local que encendió la noche
Antes del estallido final, Perro Flecha prendió la mecha con su energía callejera y un sonido lleno de actitud. Su presentación reafirmó el poder del punk hecho en casa: honesto, directo y sin adornos.
El público respondió con saltos, puños en alto y una vibra que solo se vive en estos espacios donde la música y la rebeldía se funden.
Una noche de resistencia, comunidad y sonido crudo
El Fuckoff Room se volvió el refugio perfecto para los amantes del ruido y la resistencia.
Entre coros, abrazos y pogo, se sintió esa unidad que define al punk: no importa de dónde vengas, cuando suena Union 13, todos somos parte del mismo fuego.
Las luces, la entrega y la euforia se mezclaron en una atmósfera donde cada segundo contó. Una noche auténtica, llena de fuerza y conexión, que dejó claro que la escena punk sigue latiendo con fuerza propia.
Union 13 en el Fuckoff Room, El punk sigue vivo, más fuerte que nunca
Union 13 en el Fuckoff Room junto a Perro Flecha nos recordaron que el punk no envejece, evoluciona.
Entre sudor, caos y emoción, cada riff fue una declaración de libertad y resistencia.
Una noche que reafirmó que la música sigue siendo el canal más puro para conectar, sentir y gritar lo que llevamos dentro.
Gracias a Zepeda Bros por armar el show y a Fernanda Sanchez por las atenciones.
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