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A unos días de haber vivido la EMOción y EMOtividad de la primera edición del festival We Missed Ourselves, te contámos con lujo de detalle que fue lo que sucedió.
Lo Bueno
Las Bandas
Creo que en el largo recorrido de conciertos que llevamos las autoras de esta cobertura y reportaje jamás, habiamos agradecido la lluvia en un festival.
Y es que vivir la primera vez de Thursday con ‘Running from de Rain’ sintiendo un ligero chipi chipi, fue mágico… Los Neojersitas se fueron del escenario con una sonrisa de oreja a oreja, y prometieron regresar pronto, pues nunca imaginaron que su corta estadia en nuestro país les dejara tanta felicidad.
Eso fue el prelúdio de lo que viviríamos más tarde, pues todos los que nos quedamos a vivir a Alesana, fuimos azotados con una lluvia bastante más fuerte que la anterior. Nadie se rajó, nadie dió un paso atrás, muchos inclusive acabaron sin ropa, pero brincando, coreando -y vi a un par llorando- de la felicidad.
La lluvia fría de Octubre te empapaba mientras Apology retumbaba en los altavoces del escenario. Dennis Lee y compañía tocaban, cantaban y escrimeaban sin dejarse amedrentar por la lluvia que también los cubría de pies a cabeza. Si sus fans estaban allí ¿cómo no iban a estarlo ellos? ¿cómo no darlo todo en esa última rola de su presentación? Cátartico, mágico, épico fue todo lo que sucedió allí, arriba y abajo del escenario.
Una de la sorpresas más agradables de la tarde sin duda fueron los chicos de Outline in Color, que aunque no logramos verlos completos (en lo malo te cuento porqué), si escuchamos bastante del repertorio que trajeron a México para este festival.
Recordemos que esta banda se integró a forma de bateador emergente cuando Veil of Maya se bajó del cartel, pero no defraudó ni poquito. Además de un show lleno de energía, los integrantes estuvieron disfrutando el resto del festival en medio del público, se tomaron fotos, platicaron con sus nuevos fans, y a nosotras nos tocó incluso un regalito especial, pues aún con el poco tiempo de anticipación que tuvieron, mandaron a hacer stickers conmemorativos exclusivos para este show.
Fit for a King fue otra joyaza. Y aunque muchos ya los conocíamos, logramos percatarnos de que mucha gente que iba a ver a Falling in Reverse y que no les topaban, acabaron encantados con el punch de la presentación de los Texanos.
La Merch
Además de las bandas y sus íncreibles presentaciones, uno de los grandes Hell Yeah! del festival fué el precio de la playera oficial del WMO.
Las playeras oficiales con un diseño exclusivo y bastante genial estaban inlcluidas originalmente en algunos tipos de boletos. Tremenda sorpresa nos llevamos al saber que, después de haber entregado las del boletaje, se abrió la venta al público general por la cuantiosa cantidad de $250.°°.
Si tu como nosotras eres coleccionista de las playeras de los eventos a los que asistes, podrás imaginar nuestra emoción al conocer el precio.
Últimamente no encuentras una playera oficial en menos de $600 pesos, y ya sea por que se les habían quedado y querían recuperar la inversión o lo que fuera, para muchos de nosotros fue un aliviane.
Y súmale que el diseño estaba mucho mas chido y mejor echo que muchos de los diseños de la merch de varias bandas.
Los baños
Nunca encontramos la zona de baños preferentes, y aunque los que había en zona general eran pocos, jamás en mi vida había visto unos baños tan limpios en un concierto. Ni siquiera los del auditorio nacional.
Esto no fue el 100% del tiempo, pues entre banda y banda, los baños se ultrasaturaban y pues puerquero. Pero en cuanto bajaba la afluencia de gente por que corrían de regreso al escenario, el H. equipo de limpieza entraba en acción y para la siguiente pausa, estaban de nuevo más allá de prístinos.
A lo mejor se te hará tonto e irrelevante, pero si eres de los nuestros y te ha tocado decidir entre adquirir una infección urinaria por aguantarte y vomitar por entrar, entenderás la importancia y la grata sorpresa de lo anterior.
Lo malo
El acceso
Dijeron que las puertas se abrían a las 11:00 a.m. Eran las 12:30 y aún había una enorme fila que no se movía… ¿Lo peor? Los brasileños de Axty ya estaban tocando y pues no hubo fuerza en el universo que nos dejara a nosotras o a incontables fans que habían llegado temprano, pasar a verlos.
No se si sabías, pero prensa tiene un horario específico para entrar. Cuando pagas tu boleto puedes llegar a la hora que sea, pero como reportero tienes una ventana que la misma organización pone para que puedas accesar y en esta ocasión, esa ventana fue de 10:30 a 12:30 del día.
Muchos colegas tuvimos que esperar casi una hora o más para que nos dieran acceso, lo que implicó perdernos a las bandas iniciales. Es por eso que no encontrarás taaaanta información de las primeras bandas en la red.
Ya con estos dos puntos, la entrada de prensa y el acceso por demás tardío de quienes habían pagado su boleto, un cuerpo festivalero experimentado podría haber deducido que algo no iba del todo bien.
Organización y escenarios
Desconocemos a que hora se subió exactamente Axty, quienes fueron los encargados de inaugurar el único escenario del recinto. Lo que sí sabemos, es que de a minutitos en minutitos, las presentaciones alcanzaron un retraso de casi 40 minutos con respecto a los horarios oficiales.
Por ello, los sets comenzaron a recortarse. 5 minutos menos a esta banda, 8 minutos menos a la otra, hasta que llegamos a Escape the Fate, show al cual le quitaron 20 minutos aproximadamente.
Los rumores dicen que Ronnie Radke no estaba dispuesto a tocar fuera de su horario establecido, así que tuvieron que hacer marometas para ajustar a las demás bandas para que FiR saliera a tiempo. Dicen, diiiiiiiiicen…
La Raza
No sabemos en que momento se diluyó el concepto de festival, pero desde su introducción a México por allá de finales de los 90’s con el Vive Latino, un festival es el mejor lugar para conocer bandas nuevas, para explorar subgéneros relacionados con tus bandas favoritas pero, a pesar de traer un cartel impresionante con propuestas espectaculares y no tan conocidas como Outline in Color, la raza llegó solo a ver a unos cuantos.
En un venue con capacidad para 12,000 almas, las primeras bandas tuvieron un aforo de no más de 2000 personas, pero al empezar Fit for a King se notó como la avalancha de fans de Falling in Reverse llegaron a saturar el lugar, y así como terminaron, también se fueron.
Entiendo que hay muchas ocupaciones en la ajetreada vida de la Ciudad Monstruo, ¿pero crees que vale la pena pagar un festival para solo ir a ver a la banda principal? ¿eres de los que aún van a hacer descubrimientos o cual es tu motivo para no llegar desde temprano?
Oferta de alimentos y merch
Aunque ya mencionamos el maravilloso precio de las playeras oficiales, una de nosotras hace colección de vasos de festivales y… pues el del WMO no existió. Resulta y resalta que aunque la chela si estaba fría, los vasos conmemorativos se les olvidaron. Si, leíste bien, se les olvidaron.
Tampoco había nada mercancía oficial del festival más allá de las playeras que ya mencionamos o las playeras de las bandas, y aunque siempre puedes recurrir a los sofisticados diseños fayuqueros del exterior, hay raza que si quiere aunque sea algo chiquito pero oficial.
La oferta de alimentos no fue diferente. Hotdogs, papas a la francesa, pastes y… ya. Chelas, algunas bebidas espirituosas en vaso genérico y con eso sobrevivimos las 13 horas que duró aquello.
Lo feo
Hasta ahora no había profundizado en Falling in Reverse. Y es que aunque era una de nuestras bandas top, y sin duda le disfrutamos bastante, hay algo que jamás se irá de nuestro adolorido corazón.
PLAYBACK
Así es, despues de una presentación que inició con una transmisión en vivo del camino de Radke y compañía hacia el escenario, la primera canción que retumbó fue sonada en maldito playback.
Prequel fue la rola de apertura, y por un momento se pudo haber justificado que fuera una grabación, pues la figura de Ronnie se dedicó a pasear por el escenario dejandose admirar.
En la enorme pantalla trasera se transmitía el video oficial de la canción, a la orilla del escenario había lanzallamas al por mayor al puro estilo de Rammstein, luces laser, focos fresnel y humo por todos lados… visualmente un espectáculo digno de la banda estelar del evento.
Pero eso no cambia el echo de que, haber llamado a Ronnie Radke una de las mejores voces de este generación, resultó haberle quedado grande.
La fascinación
No nos malentiendan, en cierto punto a una de nosotras se le salió del cuerpo el periodismo y se apoderó por completo la fan, y se desgarró la garganta con Watch the World Burn, aventó los pulmones con Voices in my Head y Popular Monster, y lloró de emoción y euforia con The Drug in me is You.
También podemos hablar del encanto natural del vocalista de FiN, del como no desistió hasta que alguien del staff le dijera que significaban esos gritos de ‘¡que se encuere! ¡que se encuere!’ que todo el público coreó más de una vez, de como se burló de él mismo al simular aventar el micrófono a la multitud (si no sabes cual es la broma, da click aquí ) o de los speeches por demás empaticos sobre la doble moral del mundo para que sonara Just Like You.
Lo histriónico le fluye por las venas y lo demostró con creces, desde las poses a contraluz que permitieron tomarle fotos increíbles, hasta la pantomima que organizó para que lo regresaran a punta de pistola en su ficticia huida del escenario para que sonara All my Life.
Muchas cosas positivas de este creciente showman podrían decirse, pero objetivamente hablando, ¿eso le condona el haber echo playback en gran parte de su show? Parafraseando a un compañero de batallas, ni Chester Bennington tenía una técnica vocal que le permitiera estar tan sin esforzarse o contraerse en los screams.
Ojo! NO estamos comparando a Ronnie con Chester ni mucho menos, pero sí a uno de los más grandes vocalistas de nuestra era se le saltaban las venitas de cara y cuello del esfuerzo ¿como que es que Radke ni rojito por esfuerzo se ponía?
Y terminó…
Cerca de la media noche y con tremendo agüacero, los sobrevivientes que quedabamos en el Velodromo Olímpico de la ciudad de México comenzamos el difícil recorrido hacía la salida.
Tumulto detenido por quienes querían guarecerse de la lluvia, charcos mas grandes que el lago de Chapala, la estación más cercana de metro evacuado y cerrado por una falla eléctrica debido a la lluvia y un tráfico en las avenidas colindantes de aquellos que solo se viven en Ciudad Monstruo, fueron las peripecias que nos esperaban al final de la primera edición del We Missed Ourselves.
Un festival que apostó por una subcultura que ha sido relegada por años, y que a muchos de nosotros nos dió pase sin escalas a la nostálgia. Un festival que nos gustaría que se repitiera, contemplando sus respectivas mejoras en la organización y el trato a la prensa.
Un festival que nos hará regresar una y otra vez, a sentir la furia y la emoción de que ‘nunca fue solo una etapa’.
Fotos por Michelle (Fvnereal)
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