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Para muchos de nosotros, que crecimos en la bella época de los 90´s, rodeados de surgimientos musicales, donde comenzaban las combinaciones de ritmos, donde se empezaba a quedar atrás lo puro y duro del sonido clásico del metal, lo que vivmos recientemente en el Nu Metal Revolution fue un sueño echo realidad.
El regreso de bandas que marcaron nuestra adolescencia y gustos musicales de una forma explosiva, espectacular, y que honestamente creíamos imposible, nos lleno de emoción hasta la médula el pasado 26 de Octubre de 2024.
Lo mágico, las bandas.
Inmediatamente terminando, en el tour de regreso alguien preguntó ‘¿y cual fue la banda que más te impactó?’
Lo cierto es que fue difícil elegir…
Dope y Drowning Pool sabemos que sea donde sea, sea como sea, siempre son garantía, y escucharlos en vivo es una verdadera delicia.
Ill niño fue algo peculiar. Sabemos de sobra que a las bandas les gusta venir a México por el ímpetu de su audiencia, por que somos gritones, respondones, entrones y nos desgarramos el alma con nuestras bandas y rolas favoritas. Pero no se si fue el frío (que no era tanto como en otros eventos), la chavorruques de la mayoría de los asistentes, la difícil comunicación de los integrantes con los asistentes, que por más que quisieron motivar a la gente a brincar y a cantar, no lo lograron. Su decepción fue latente, y aunque hicieron lo suyo en el escenario, la presentación se sintió un poco lánguida.
El top 3
Kittie era uno de nuestros gallos fuertes, y para nosotros, estuvo en el top 3 de este festival. Hubo problemas con el sonido durante su presentación, pero eso no las amedrentó en lo más mínimo. Ofrecieron un show digno de una agrupación que viene de regreso con todo el poder de las ganas acumuladas durante los años. Potentes, intensas, totalmente plantadas haciendo suyo el escenario, y hasta emocionadas diría yo, por ver todo el amor con el que su fanaticada las recibió.
Los que llegaron a zarandear toda la apatía del público fueron los Payable On Death, mejor conocidos como P.O.D.. Reconozco que fue la primera vez que a mi me tocó a vivirlos, pero nuestro compañero Alex Rivera comentó que era la 4ta o 5ta vez que los ve en vivo, y que esta fue la presentación más intensa y pesada que le ha tocado de los californianos.
La música resonando durísimo, la energía que se transmitía de ellos hacía el público y viceversa, la vorágine que representan sus canciones, la fuerza empática de Sonny Sandoval con la audiencia al motivarlos a cantar, a brincar, a participar de aquel esteror, todo ello culminó en un espectáculo digno de estar en el segundo puesto de nuestro top 3 del festival.
Acercándose las 10 de la noche, llegabamos a las dos presentaciones que más estabamos esperando. Por supuesto hablamos de Static-X y Mudvayne.
La cereza del pastel
Static-X no tiene palabras para ser descrito.
Magnético, con esa mezcla músical que ya conocemos. Mágico, con su show de luces y esa máscara/disfraz que porta Edsel Dope. Emótivo, con ese mini homenaje que se aventaron en honor a Wayne en la canción Cold. Avasallador, pues aunque al vocalista original jamás podrán reemplazarlo, esta nueva ola de presentaciones cuenta con un show preparado a detalle para que sientas la nostalgia y el poderío de aquel Static-X que nos enamoró, sin sentir en ningún momento ni un poco de vacío. Por supuesto el número 1 en nuestro top 3 de esa noche.
Y aquí viene lo amargo… por que sí, asumes bien, Mudvayne no se encuentra ni de cerca en entrar en nuestro conteo.
Indudablemente era una de las bandas más esperadas, y por ende, las expectativas eran enormes. Nada tuvo que ver con la organización, pero varios de nosotros llegamos a la unánime conclusión de que la presentación de Mudvayne fue pobre.
Yo me aferro a pensar que a lo mejor la altura de la CDMX, o la temperatura de esa noche, alguna situación de salud o simplemente la edad, no le permitieron a Chad Gray llegar a los tonos a los que nos tiene acostumbrados, a las canciones que conocemos en sus producciones de estudio, o lo que hemos visto en lo poco que hay de material de presentaciones de antaño. Tal vez tuvo también que ver el echo de que Greg Tribbett no estuvo presente, y la guitarra principal la llevo su reemplazo Marcus Rafferty.
Pero la realidad es que, a pesar de la producción del show, su gran presencia en el escenario, su simpatía, su energía y la emoción por el regreso de la agrupación, algo quedó flojo, algo no nos acabó de llenar por completo, y nos dejó a muchos con una decepción enorme.
Ganitas le echaron, eso no lo podemos negar, y escuchamos en vivo rolones como Death Blooms, Not Falling, Under my skin, Happy? y Dig. Y ningun veredicto es definitivo hasta que un experimento se repita varias veces, así que eso me deja con la necesidad y obligación (si, si, mírenla como sufre) de buscar verlos de nuevo y comparar.
Punto y a parte, la organización.
Todos en algún momento hemos escuchado la analogía del reloj. Si todos hacen lo que tienen que hacer en tiempo y forma, todo trabaja como un relojito, o sea, de forma exacta y adecuada, y en un festival si no te das cuenta de que el staff existe, es por que las cosas están saliendo bien.
Las particularidades desde la postura de los asistentes fueron: la apertura de puertas, a tiempo. La merch, variada. Las bandas, en tiempo y sin cambios repentinos de itinerario. Los baños, suficientes para la cantidad de aforo. La comida y bebida, no variada y no barata, pero había algo. El vaso conmemorativo, de nuevo inexistente. Un monton de niños, que eso nos emociona bastante a muchos, y habla por supuesto de que fue ambiente familiar. En general, la organización fue impecable.
Hablando desde la prensa, no había un lugar ni condiciones adecuadas para trabajar en tiempo y forma como nos lo solicita la promotora, y no hablamos de un lounge especial con hamacas y aire acondicionado, hablamos de hidratación, enchufes suficientes e internet.
Esta situación se he devenido constantemente en eventos llevados a cabo en el velódromo olímpico, y las promotoras comentan que son restricciones que les pone el lugar, y esto ya lo corroboraremos en otros eventos que se lleven a cabo en el mismo venue, o no.
En conclusión…
Estamos bastante satisfechos con la primera edición del Nu Metal Revolution.
Algunos detalles como la oferta de comida podría mejorarse, los precios dentro del recinto son -tristemente- ya los precios estandar para un festival, y entendemos que después de muchas y muy malas experiencias -cof, cof, hell and heaven, cof, cof, knotfest- mucha gente duda en invertir en lo que no solo resulta ser el boleto para asistir a un evento, pero desde nuestra trinchera, ansiosamente esperamos que haya una segunda edición de este festival, que la neta nos apapachó el corazón a muchos.
Acá te dejo el resto de la galeria, que en esta ocasión fue realizada por el audaz ojo de Alex Rivera.
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