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Angra en Buenos Aires
A 30 años del “llanto de los ángeles” – Angra apuesta a ir más allá de la nostalgia
No es la primera vez que comienzo una crónica hablando de que en la industria musical el desarrollar una carrera de 5 años se considera mas que suficiente para que, de un modo otro una banda deje su impronta en la historia; ¡imagínense entonces lo que implica el arribar a 32 años “en el camino” y poder además celebrar 3 décadas de un álbum debut que marcó un hito en el vasto panorama de la música dura al momento de su lanzamiento.
Por supuesto, me estoy refiriendo a los brasileños Angra y a su celebérrimo “Angels Cry”, los cariocas han pasado por distintas etapas a lo largo de su historia, logrando salir airosos de los distintos avatares a los que se han enfrentado, sabiendo mantener a una legión de fanáticos incondicionales y manteniendo además su identidad musical sin caer en la predictibilidad, ni tampoco en ser “una más del montón”, no; Angra es una banda que, de un modo u otro siempre logra sorprender, por lo cual la expectativa generada ante la noticia de una nueva visita a la Argentina luego de 5 años de ausencia era muy alta.
Así las cosas, el pasado 4 de marzo un nutrido grupo de personas se agolpó desde tempranas horas en las inmediaciones de “Groove” (lugar elegido para el show), a la espera de la apertura de puertas (en medio de un calor asfixiante) que daría inicio a un evento con carácter netamente latinoamericano. La representación albiceleste de la noche estaría a cargo de los noveles Habemus Mortem y los legendarios Azeroth (estos últimos además presentando a un nuevo guitarrista).
Pasadas las 19 horas los chicos de Habemus Mortem hacen su aparición sobre el escenario, con poco más de 2 años de formada y un Ep intitulado “Lado A” bajo el brazo estos chicos demostraron garra, ganas y muchísimo talento con un estilo más bien épico con una base muy sólida de “Power Metal” aderezada con algo de “Hard Rock”; “Heavy” y “Speed Metal”, donde se nota claramente la influencia de grandes referentes del género como “Helloween”, “Blind Guardian” o “Rhapsody”.
Se los notaba bastante cómodos en la tarima, supieron ganarse al público no solo con la calidad de su performance sino con su actitud relajada y cargada de simpatía. Mención especial para su vocalista, Alejandro Salvador Belial, claramente influenciado por Adrián Barilari (Rata Blanca, Barilari, Alianza) dotado de gran potencia en su voz y un alcance envidiable. El público los acompañó en todo momento y se retiraron ovacionados. Habrá que seguir un poco más de cerca el desarrollo de estos muchachos que, sin lugar a dudas, tendrán un futuro más que venturoso.
Llegaba el turno de Azeroth, una verdadera leyenda del Power Metal argentino, los liderados por Fernando Ricciardulli son una apuesta ganadora en cualquier cartel, siempre preocupados por los detalles (escenografía, vestuario, imagen etc), Azeroth saltó al entarimado de Groove con mucha energía, teniendo esta vez la novedad de presentarnos a un nuevo guitarrista (David Zambrana) en la formación, permitiendo así que Ignacio “Nacho” Rodríguez se concentre neta y absolutamente en la parte vocal (la cual compartía con la guitarra en los directos).
Como siempre ofrecieron un show compacto, con un set muy bien elegido que abarcaba distintas épocas de su historia, son muy conscientes tanto de la responsabilidad que pesa sobre sus hombros como de lo que sus seguidores esperan de la banda y (como ya dije al principio) no solo no decepcionaron sino que dejaron el listón muy elevado, demostrando una vez mas que la etiqueta de “leyenda” no viene únicamente de la mano de los años, fueron aguerridos, infalibles y demoledores enloqueciendo a propios y extraños bajo la cúpula de Groove.
A las 21 horas, en medio de un ambiente inmejorable se apagan las luces y los Angra irrumpen en el entarimado de Groove con una triada de temas espectacular: “Newborn Me”, “Nothing To Say” y “Angels Cry”, la reacción de la gente no se hizo esperar, entregándose al deleite absoluto aunque (para ser honestos), esos primeros minutos estuvieron plagados de algunos detalles técnicos que inclusive fueron patentes al momento de la acostumbrada pista de audio para el inicio del show, notándose claramente la incomodidad del vocalista Fabio Lione quien hacia señas al cuerpo técnico (lo mas disimulado posible) para que trataran de solucionar algún detalle en su sonido.
Como es natural, el público pareció no darse cuenta de ello y Angra lejos de arredrarse por “las menudencias técnicas” se solazaba entre el virtuosismo, y el feedback de la audiencia, como una verdadera máquina de hacer metal, demostrando además lo mucho que disfrutan el estar juntos en un escenario.
“Travelers of Time”, “Lisbon” y “Ego Painted Grey” conformaron la siguiente andanada musical, confirmando lo que me dijese unos días atrás Felipe Andreoli (bajista de Angra) sobre el set list que habían preparado para esta gira, un verdadero equilibrio entre su más reciente trabajo (Ømni) y los grandes clásicos que forman parte de la historia de este icono del metal latino.
Obviamente el trabajo vocal de Fabio Lione es impresionante, con el pasar del tiempo va encontrando su lugar dentro de la formación acallando a aquellos que se atrevieron a señalarlo como poco apropiado para el estilo musical de Angra; en esta ocasión además sorprendió a los presentes al acompañar la pista pregrabada con la voz de Alissa White-Gluz (Arch Enemy) en el tema Black Widow`s Web con una especie de voz ronca y baja que complementaba el sonido de la voz gutural de Alissa.
Fiel a su estilo, Lione se comunica constantemente con el público en una jeringonza mezcla de italiano, brasilero, inglés y español, pero siempre de forma inteligible, llegando en algún momento a felicitar a la argentina por la obtención de la copa FIFA, agregando además que si bien no era un gran seguidor del Futbol consideraba a la Argentina, Italia y Brasil como los 3 mejores equipos del mundo.
En medio de la euforia creciente, los acordes de “Rebirth” se dejan sentir como una verdadera aplanadora y la verdad es que da gusto sentir que a pesar de los años este tema no ha perdido ni un ápice de su energía así como su significado para la agrupación aunque lo cierto es que en el escenario Angra no tiene a estas alturas absolutamente nada que demostrarle a nadie, dejó bien en claro el por qué sigue siendo considerada una de las bandas más importantes de Latinoamérica y el mundo, la mezcla perfecta entre el virtuosismo ecléctico del progresivo con lo mejor del “Power Metal”, aunado a la calidad intrínseca de sus músicos es algo que pocas veces puede verse en este negocio y, si bien ha habido cambios en la formación a través de los años cada nuevo integrante ha sido capaz de acoplarse perfectamente a la dinámica musical sin que ello les impida suma su impronta dentro de la agrupación.
Tal es el caso del guitarrista Marcelo Barbosa (sobre quien recayó en su momento la responsabilidad de sustituir nada mas y nada menos que a Kiko Loureiro); este genio absoluto de las 6 cuerdas se complementa a la perfección con el sempiterno eje creador de Angra el también guitarrista Rafa Bittencourt quien además de ser un compositor de primer nivel, también es capaz de cantar y lograr tocar la fibra mas intima de quienes lo escuchan, como se pudo constatar durante el set acústico con su extraordinaria interpretación de “Reaching Horizons” con la cual los rostros de mas de un metalero fueron surcados por alguna que otra lágrima sin ningún tipo de vergüenza. Por si esto fuera poco, el vocalista Fabio Lione se suma a este set interpretando “Make Believe” no sin antes dedicar unas palabras a la memoria de André Matos (ex Angra), algo que fue muy celebrado por toda la audiencia que aun continuaba con el corazón en un puño.
A pesar de que muchos querrían que la noche fuese eterna “todo tiene su final…” (como dice la canción), los Angra hacen la consabida “falsa salida” y a los pocos segundos los acordes del intro “Unfinished Allegro” llevaron al delirio a los presentes ante la inminencia del clásico de clásicos “Carry On”, el cual fue mezclado inteligentemente con otro trallazo como el “Nova Era”, llevando al paroxismo a un público que hacía mucho se había entregado por completo y donde una vez más la base rítmica conformada por Felipe Andreoli (Bajo) y Bruno Valverde (Batería), demuestran ser la columna vertebral del sonido de la banda.
Era imposible pedir más y los acordes de la pista “ØMNI – Infinite Nothing (outro)” marcaron el final de una noche histórica, una noche en la que quizá algunos pensaron que se centraría en la nostalgia de los años pretéritos pero que fue una clara apuesta al presente y al futuro.
Angra, una banda orgullosa de su pasado, pero más orgullosa aún de su presente, dejando mjuy en claro que 32 años después sigue luchando por más…
Crónica:Joad Manuel Jiménez
PH: Gustavo Rangel
Producción: SM Producciones Booking & Management / TDR Producciones
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