¡Sigue las mejores noticias en HeadbangersLA!
La última década, contra todo pronóstico, ha sido fructífera para Persefone. Tras definir su sello elevado en el notable ‘Spiritual Migration’ (2013), hubo que pasar casi 4 años para que ‘Aathma’ (2017) le diera a los de Andorra el éxito mediático que muchas veces complementa el interés musical. No es para menos con todas las circunstancias que rodea la carrera de esta agrupación que volvió a sorprender la temporada recién pasada cuando ‘Metanoia’, en palabras de sus creadores, tomó un camino distinto y más introspectivo. Una placa que provocó opiniones dividas por carecer, en gran parte, de la personalidad intrépida del material anterior, pero que poco y nada importa cuando hay algo genuino que proyectar. Como le pasó a Gojira en los tiempos de ‘Magma’, la honestidad ante todo, y también la autoexigencia en cada desafío al momento de escribir un álbum y entrar al estudio.
Esa misma personalidad frontal y transparente los ha llevado a ser objeto de culto por una minoría que ve en su nombre la primera línea de la escena prog a nivel mundial. Quizás sin el mismo hype ruidoso que Haken o los mencionados Gojira, pero hay un propósito y una jerarquía bestiales, lo que para los asistentes que repletaron ayer viernes 3 de marzo el Club Bar RBX de Santiago, es motivo de fanatismo y celebración. Y obviando la emergencia sanitaria que nos privó durante un par de años de la música en vivo, era cuestión de tiempo su primera vez en nuestro país.
La apertura a cargo de lnaction, no se puede definir de otra forma que una paliza. El solo arranque con ‘Mi Nueva Frontera’ y ‘Remoción’, así sin pausas ni nada, nos da cuenta del excelente estado de salud del cual goza el metal extremo en su cara más moderna, adjunto a una producción visual intimidante y fresca a la vez. Como destaca entre los highlights de una presentación demoledora ‘Nunca nada fue real’, con Majo Calderón -la voz de Litraea– dejando la vida junto a Jorge Muñoz. Convicción pura y consecuencia, como nos queda claro en ‘Desolación’, ‘La Experiencia’ y, sobretodo, ‘Ese día del mes 10’, donde el estallido social de octubre 2019 se convirtió en un tema de inspiración recurrente en su reciente placa titulada ‘La Experiencia’.
Otro momento a destacar, y en lo que respecta al factor extra-musical, es el homenaje sentido a un familiar de uno de los integrantes de la banda y, especial, al querido fotógrafo Jorge Cadenas, quién partió del mundo material hace un par de días. Lo cual, además del despliegue electrizante en vivo, nos habla del sentido de consecuencia con que Inaction, tanto en vivo como en el estudio, rompe con el status quo, así desde la tripa. Como lo es la música extrema en esencia.
Un poco pasadas las 21 horas, se acaba la espera para los cientos de fans en el recinto de Avenida Vicuña Mackenna cuando la majestad de ‘Flying Sea Dragon’ muta en el temple fogoso de ‘Mind as Universe”, ambas del seminal ‘Spiritual Migration’. El nivel superlativo en la composición, es llevado en el directo a un despliegue de energía y talento sin contrapeso, destacando la labor en guitarras de Fil Baldaia y Carlos Lozano ‘Rüdiger’, ambos disponiendo la experticia técnica al caos sistemático de Perséfone. Como también apreciamos de inmediato la labor de Marc Martins Pia, dueño de una habilidad vocal tan escalofriante como su carisma y entrega en vivo. Y completando el ensamblaje sonoro, el desempeño de Miguel Espinosa en teclados y voces limpias, resulta un deleite tanto por su habilidad como lo vital de sus funciones en Perséfone.
Con la enormidad de ‘Stillness Is Timeless’ y la estampa certera de ‘Prison Skin’ -todo tras el primer saludo de Marc-, la presencia de ‘Aathma’ es tanto obligatoria como bienvenida hasta el sudor. Mientras la primera se hace mayúscula en cada recoveco y exuda progresivo desde el impulso, la segunda nos remonta al único single oficial de Perséfone en sus casi 20 años de carrera, el fenómeno que su 5ta placa generó a nivel global entre los seguidores del progresivo moderno. Y eso lo que hace destacar a los andorranos en el directo, la energía descomunal con que del estudio al directo resulta mínima y conmovedora. Veteranos y referentes por derecho propio, a pesar de las trabas comunes en un proyecto que se debe a su propia independencia. Ni la desafortunada ausencia del bajista y fundador Toni Mestre Coy pareciera ser un pero en su tarea -contrario a lo que muchos puedan afirmar, y con toda razón-, y eso se agradece.
‘Merkabah’ es una muestra ejemplar de lo que significa ‘Metanoia’ en el presente de Perséfone. Elegante e inflexible en su finalidad artística, con el baterista Sergi Verdeguer haciendo gala del buen gusto con que el groove y la pegada adquieren matices de corte astral. Una máquina en toda su forma, y elemento fundamental en el funcionamiento grupal por sobre la jugada ‘para la galería’. Al igual que ‘Spiritual Migration’ y ‘The Great Reality’, ambos clásicos que le hacen honor al rótulo para quienes disfrutan de esta brisa refrescante con que el género ha consolidado su imperio durante los últimos años. Y qué determinante es lo que hace Miguel Espinosa en la atmósfera única de Perséfone, pues no se puede entender la riqueza en colores sonoros con que la música se extiende hasta lo infinito.
Entre ‘Cosmic Walkers’ y ‘Living Waves’, el trance es inevitable, transitando por el moshpit, el puño en alto, y la maestría con que Marc mantiene al público bajo su dominio sin nada ajeno a sus propósitos. Y en el caso de ‘Living Waves’, donde participa Paul Masvidal en su versión en estudio, pareciera un adelanto de lo que será el debut en Chile de los legendarios Cynic en poco más de un mes. Suficiente para el entusiasmo por parte de la gente, de la misma forma en que Perséfone transforma el Club RBX en una sala de tamaño sideral con pasajes de ensueño entre el caos y la fluidez de la naturaleza.
De lleno a lo relevante en estos días, la intro ‘Metanoia’ -con la voz grabada de Einar Solberg, otro aviso de lo que será un regreso esperado a nuestro país-, le da el pase a ‘Katabasis’ y su ingenio descomunal. Ahí donde Rush, Meshuggah y Dream Theater se encuentran en una firma que dibuja los trazos de su propia revolución, Persefone detona su poder cósmico mientras Marc aprovecha de interactuar con el público. El ‘bacán’ que le salió mientras pedía palabras chilenas a la gallada, un momento de humanidad y cordialidad que le da su sabor especial a la música en ‘Fall to Rise’ y ‘Aasthma: Part III. One with the Light’, en ambas con el RBX viniéndose abajo. Y mucho más cuando Fil -el entendimiento con Carlos en las guitarras es abrumador- se arroja al público con guitarra y todo, en plena locura hasta la última gota. Al igual que Marc, un frontman que la tiene clara cuando se trata de dirigirse a la gente de tú a tú y entablar una comunión de ribetes emotivos.
Y cómo cerrar una presentación contundente ante un público tan demencial y eufórico? ‘The Majestic of Gaia’ termina por llevarnos a orbitar por el Sistema Solar sin rumbo fijo, sólo apreciar las bondades del espacio para nuestra vista. Persefone, en todo sentido, nos mantiene encumbrados en una caminata cósmica que prioriza el viaje sobre el destino. Y acá en Chile al menos, parece el inicio de un nuevo romance con el público local. Uno que trasciende como el universo y la mente.
Texto: Claudio Miranda