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Una de las mayores expresiones del black metal en su lado más vanguardista, es lo que ha hecho de Harakiri for the Sky un nombre de peso en su estilo durante la última década. Coronando un ciclo glorioso de su más reciente lanzamiento Mære (2021), el dueto austríaco se embarcó en su gira más ambiciosa, con Chile marcando una parada histórica, la única en Sudamérica, brindando un espectáculo de intensidad y buen gusto.
M.S. y J.J., llevando poco más de una década y cinco LPs en estudio, han sabido cultivar un directo con atmósferas tan desgarradoras como en el estudio. El vacío humano transformado en catarsis, como pudimos ser testigos las poco más de 200 almas que llegaron al Club RBX para presenciar y dar testimonio de tamaño nivel.
Poco más de las 19 horas, el sonido abrasivo de Sol Sistere daría el ‘vamos’ al Sabbath en el recinto de avenida Vicuña Mackenna. Sin duda, una de las agrupaciones más exitosas del estilo a nivel local, culminan por estos días su etapa más imperial hasta la fecha, con el LP homónimo (2021) coronando un paso gigante en el plano artístico.
‘Nothofagus’, ‘Ashes’ y ‘The Narrow Path’ desfilaron con la misma potencia abrumadora que sus versiones en estudio, replicando hasta la médula los paisajes musicales con que, en medio de la metralla implacable, se abre paso la agonía como sentimiento. A destacar, de primeras, el desplante de S. como voz y figura de un conjunto que brilla por su propósito y la solidez propia de los casi 10 años de experiencia y trabajo profesional de nivel astronómico. Todo lo que es Sol Sistere hoy, con el sol quemando nuestra dermis y el dolor consumiéndonos hasta la razón.
Sólo habría que esperar unos cuantos minutos para que M.S. y J.J. oficiaran el culto desde el inicio con ‘Sing for the Damage We’ve Done’, acompañados de Marrok en guitarra, Thomas Dornig en el bajo y Mischa Bruemmer en batería. Todos conformando un ensamblaje imbatible en su tarea y llevando el dramatismo de Harakiri for the Sky a un nivel de entendimiento astral.
Si el corte inaugural fue una de las selecciones de Mære, ‘Stillborn’ y ‘Thanatos’ tendrían el mismo papel por sus álbumes respectivos ‘Arson’(2018) y ‘II: Trauma’ (2016). En ese orden, revisitando un catálogo fresco y, al mismo tiempo, clásico por derecho propio, con la inmediatez de una firma que sorprende en cada esfuerzo.
Aokigahara, su 2da placa, tendría en ‘Burning From Both Ends’ su pasaje más ‘antiguo’, con los orígenes del estilo black-gaze de HFTS encumbrados en el firmamento. Entre su orientación avant-garde y la vena ardiente del black metal, nos sumergimos en los recovecos más profundos de un visaje determinado, con la velocidad y la introspección tomadas de la mano.
Como suele pasar en estos casos, la comunicación con el público es mínima. No en el aspecto negativo, sino en lo que le da a HFTS la credibilidad propia de quienes sucumben al 100 a las fauces de una música a cuya naturaleza pocos pueden acceder para contarlo. ‘Us Against the December Skies’, ‘Fire, Walk With Me’ y ‘Calling the Rain’, todas ricas en matices e identidad abrumadoras, sin perder un ápice de su bestialidad primal.
El broche con ‘Song to Say Goodbye’, original de Placebo, culmina el debut en suelo patrio con una impresión casi indescriptible. Del paraíso terrenal a la morada de los dioses del mundo prohibido, donde caen y pierden sus almas quienes desafían a las divinidades. En vez de la desgracia, nos encontramos con un sentimiento de liberación hasta la médula. Son los extremos de una pesadilla ardiente, hermanados en el ideal del paso adelante, aún bajo el riesgo de perderlo todo cuando hay todo por ganar. Harakiri for the Sky, sin duda, nos brindó sus virtudes terapéuticas mientras desangraba el cielo santiaguino.
Texto: Claudio Miranda
Fotografías: CQPhotograher
Produce: Spider Producciones