Cuando Pablo Vergara, músico oriundo de México, más conocido como Morbid, fue implicado en 2013 en la desaparición de una mujer, no tenía idea que su vida iba a dar un giro. Es una historia casi inverosímil, que ejemplifica muy bien el estigma social que padecen muchos músicos de la comunidad metalera; en esas condiciones es muy difícil luchar contra los estereotipos.
Tan simple como esto: un buen día te despiertas y te das cuenta que tu teléfono no dejó de sonar. Qué diablos ha pasado, es casi una reacción natural, indagas un poco más y te encuentras con una foto que publicaste hace tiempo, en los titulares de las noticias porque ahora eres el principal sospechoso del crimen de una mujer que nunca viste en tu vida.
Sabes que eres inocentes y podrías estar casi seguro que el asunto se va a solucionar, es solo un malentendido, después de todo. Bienvenido al infierno; es tu castigo por ser metalero, tu apariencia ruda y la música cruda que escuchas. Los asesinatos violentos son un tópico recurrente en el Death o el Black; la gente quiere respuestas y lo demás es cuestión de rumores.
La desaparición de Elisa Lam, desató una verdadera cacería humana. Es de esas historias que generan simpatía, una muchachita de 23 años que ansía conocer el mundo, que llega a un hotel con una fama cuestionable y desaparece. Cuántas historias similares hemos escuchado; es casi una situación cotidiana en América Latina. Es lo que dio paso a un documental en Netflix, sobre la escena del crimen, el Hotel Cecil y a muchas especulaciones.
Dos historias inconexas, unidas por la necesidad de encontrar un culpable. Cualquiera que ha estado cerca de la comunidad metalera o que ha convido con los músicos, sabe o por lo menos intuye, que toda la imagen y el misticismo detrás del Black es una puesta en escena, uno asume un personaje, un alter ego.
En 2013, Vergara era un músico, común y corriente, como tantos otros, tocando en un banda y asumiendo un personaje: Morbid. El maquillaje y las letras violentas, impactan a los incautos, aquellos que tienen la fea tendencia de confundir la realidad con la ficción. Nosotros que estamos metidos en esta comunidad, sabemos que el Metal es la exploración del mal, de todo lo que la humanidad se empecina en negar.
La historia está cubierta de sangre, atrocidades diarias que inundan las noticias; en 1994, vimos casi en vivo y directo el genocidio ruandés, vimos en las noticias como un individuo saca de los matorrales a una persona y lo corta en pedacitos con un machete. Eso es el metal, explorar el lado oscuro de la humanidad, esa necesidad de sangre. El tormento infligido al inocente.
En 2012, en esas tristes casualidades del destino Vergara se registró en el famoso Hotel Cecil, ahora conocido por ser guarida de trúhanes y malandrines, escena de crímenes y desapariciones. Grabó un video de 40 segundos en su habitación, suficiente como para inculparlo.
Un grupo de activistas comedidos, estaban investigando el caso de la desaparición de Elisa Lam, el Hotel Cecil fue el último lugar donde se la vio con vida, y el video que Morbid subió a su canal de YouTube rápidamente llamó la atención, despertando sospechas. Un canal de noticias taiwanesa encontró un nexo y difundieron las fotos y los videos de Vergara, implicándolo directamente en el crimen.
Toda publicidad es buena publicidad dice una viejo adagio y eso mismo pensó Vergara, nadie podía si quiera imaginar que el incidente adquiriría una proporción dantesca. Para la opinión pública mundial, la situación era muy clara, Morbid era culpable, y todo lo que subió al internet fue utilizado en su contra.
De ese incidente, surgió todo un movimiento que no dudó en inculpar a un individuo de un crimen, basándose en suposiciones, provocando una situación de acoso constante. Nadie busca certezas, ni si quiera se intentan corroborar los hechos, nos dejamos seducir fácilmente por historias y rumores, cadenas de mensajes en las redes sociales.
Es una situación que afecta a cualquiera, la gente te trata de asesino, cierran tus cuentas en las redes sociales, pierdes contactos con los fans, y oportunidades de negocios. El estrés es la gran enfermedad del siglo XX, y cualquiera que sufre presión o de acoso laboral, sabe que no se trata de un problema menor, afecta realmente las actividades diarias.
El músico se dio cuenta, que los hechos son irrelevantes, se había convertido en un objeto de entretenimiento y las personas los buscaban, simplemente para burlarse de él, para insultarlo y llenar su bandeja de mensajes con amenazas y más acusaciones.
El acoso hizo estragos en su vida y Vergara tuvo que renunciar a la música y al personaje de Morbid. Aunque luego encontró una nueva vocación como director, ganando cierto reconocimiento internacional en 2019, con su película ‘Necromurder’, en el cual Morbid es el personaje principal.
La muerte de Elisa Lam, fue esclarecido como un accidente, una serie de eventos fortuitos, ligados a un trastorno bipolar, pero eso no es suficiente, la gente quiere explicaciones rebuscadas y prefiere asumir la existencia de un culto satánico que sacrifica personas inocentes; al fin y al cabo es una historia más entretenida.
Van a ser ocho años del incidente y al fin Pablo Vergara está retomando las cosas donde las dejó, Slitwrist, su banda, ha vuelto a las salas de ensayo, y están trabajando en un nuevo material. Para Vergara es el momento de dejar atrás el pasado, y seguir con sus proyectos, tras un escándalo que por poco arruina su vida.
La música es una pasión compartida, nos une, nos da una razón de ser; y aunque la comunidad metalera suele ser blanco de ataques permanentes, de rumores y escándalos absurdos, eso nos da más fuerza y unión.