Hace unos días, varios medios digitales hicieron eco de la noticia de que el movimiento Punk de EEUU intentó ‘cancelar’ a Michale Graves, ex vocalista de la banda de Horror Punk; Misfits, debido a que este mostró apoyo a los Proud Boys, una organización definida por el FBI como ‘extremista’ por sus desfiles con rifles y sus ideas de supremacía blanca.
Graves manifestó que si se estaba en contra de las ideas de #BlackLivesMatter ‘te golpeaban en la calle, como lo hacían los soldados nazis en tiempos de guerra’ comparando posiciones e historias totalmente distintas. Más allá de estas declaraciones y de lo que significa para el punkero, es necesario tener la discusión de que la política y la música (en especial el Rock, el Metal, el Rap y otros géneros afines) siempre han ido de la mano, ya sea para enfrentarse, o sea para usarse entre ellos.
Graves no ha sido el único músico que ha tenido ideas polémicas a lo largo de los años. Jhonny Ramone, guitarrista de la legendaria banda de Punk: The Ramones sorprendió al mundo cuando manifestó su posición política de derecha. En su discurso de ingreso al salón de la fama del Rock n’ Roll, Johnny dijo: ‘Dios bendiga al presidente Bush. Dios bendiga a América‘. Esto es controversial, puesto que la administración de George Bush siempre fue blanco de críticas por la guerra iniciada posterior a los acontecimientos del 11/09.
Recordemos que, después de los ataques terroristas existió una censura muy marcada en las radios y en canales de televisión sobre música. No se podía jugar con la sensibilidad de la gente, por lo que empezaron a sacar canciones de la radio. ‘What a Wonderful World’ es el ejemplo más absurdo, censurada por considerar que ‘no eran tiempos de felicidad’.
Del otro lado están los RATM quienes toda la vida han apoyado a los movimientos de izquierda, la muerte del capitalismo y otras posiciones conocidas de esta posición política. Green Day fue la primera banda después de los actos terrorista en evitar la censura, sacando un disco con carga política como lo fue ‘American Idiot’. En fin, la lista puede seguir y seguir.
¿Es necesario pensar a la música fuera de la política? La verdad es que no. Todo es político, pues siguiendo a Aristóteles, es lo que hace al ser humano diferenciarse de los animales y construir una vida social. La política, por otro lado, es el ejercicio de buscar el poder o la autoridad sobre ciertas situaciones.
La música siempre tendrá discursos, y quienes la hagan están en todo su derecho de expresarse. A la final, el arte es la máxima expresión de un individuo, y nadie puede cortar esa libertad. Usar la música como plataforma para fines políticos o partidista, ese si es un problema.
La creencia de cada músico es respetable; lo que no lo es, es reproducir discursos de odio, hacer comparaciones absurdas, o incluso justificar actos violentos. Avenged Sevenfold y FFDP están en todo su derecho de tocar y componer para las tropas estadounidenses, pero también hay que ser conscientes que la guerra (cualquiera) causa más perdidas humanas valiosas y no fomenta valores como la cooperación, educación, investigación, entre otros.
Finalmente, no hay que olvidar que la música es un medio de comunicación masivo también. Depende de los intérpretes establecer el mensaje a difundir, pero los consumidores también tienen la capacidad de escoger que escuchar y que no.
¿Creen que los discursos políticos o contra-políticos son necesarios en la música? ¡Cuéntennos en los comentarios!
Links:
Misfits / Avenged Sevenfold / Five Finger Death Punch / Ramones / Rage Against The Machine