La entrada [Especial]: ‘Melissa’ de [Mercyful Fate], monumento al metal se publicó primero en Headbangers Latinoamérica.
Para entender mejor el significado de este disco, deberíamos ubicarnos en el año de lanzamiento: 1983. La información disponible para los fans de bandas que no fueran las más reconocidas (muy pocas, realmente), era escasa o nula. No había Internet. Eso sumaba oscuridad y misterio a este lanzamiento.
Si bien ya existía material previo (el EP de cuatro temas ‘Mercyful Fate’, de 1982, conocido como ‘Nuns Have No Fun’, solamente editado para Europa), ‘Melissa’ fue el debut a nivel mundial. El arte de tapa oscuro, un cráneo con algo que parecía llamas saliendo de las cuencas de los ojos y la boca, era al menos extraño. La imagen de la banda en la contratapa no difería de cualquier otra banda de Metal de por entonces. Salvo por un detalle: el personaje central era muy oscuro, con una cruz invertida, bebiendo de una copa de la que salía una especie de humo que le tapaba parte de la cara. Las imágenes de los otros cuatro integrantes se encontraban enmarcadas por rectángulos. El marco del oscuro personaje era una cruz invertida. Por supuesto, estamos hablando del cantante: King Diamond.
La banda suena demoledora, poderosa y maligna. La voz de King Diamond sorprendió al mundo, generando inmediatamente fanáticos absolutos y detractores quienes no apreciaban su tan personal falsetto y todos sus cambios de voces. La base, Timi ‘Grabber’ Hansen en bajo y Kim Ruzz en batería, es una máquina aplanadora, impecable. Y no descubrimos nada diciendo que la dupla de guitarras de Hank Sherman y Michael Denner es una de las mejores de la historia del Metal, dejando para la historia muchísimos riffs inolvidables.
Y así, grabado en Easy Sound de Copenague, Dinamarca y a través de Roadrunner Records, el 30 de Octubre de 1983 salía a la venta ‘Melissa’, que ubicaba a Mercyful Fate entre los pioneros del por entonces llamado Black Metal, junto a Venom, aunque no por el estilo musical en sí, sino por la temática de las letras y su estética.
En cuanto a las creencias del Rey Diamante, él mismo dijo: ‘Tenemos diferentes Dioses y nadie todavía ha sido capaz de probar al resto del mundo que creen en el Dios correcto y que ese es el Dios real, si existe en realidad. Lo que me asusta es que somos capaces de matarnos el uno al otro por creer en diferentes Dioses. No podemos probar su existencia, pero aun nos matamos por ello. Respeto a la gente que cree en Dios, en diferentes Dioses, pero creo una locura que una persona mate a otra por algo que está en tu propia mente. Nadie sabe cómo son, nadie sabe el significado de la vida. No sé cómo es Dios, pero lo que sí sé es que no voy a gastar los próximos 20 años pensando en ello. Es una locura.’
El disco inicia con ‘Evil’, de Diamond y Sherman, como todos los temas de este disco, un riff poderoso y ganchero, gritos oscuros de King Diamond y la historia relatada sirven de advertencia de lo cómo se viene el disco: alguien nacido en un cementerio que mata a alguien con placer, observa su funeral y cuando todos se van, desentierra el cuerpo para tener sexo con él ¿Alguna duda de cómo viene esto?
‘Curse Of The Pharaos’ es uno de los momentos en que nos alejamos de Satanás, esta vez hablan de los peligros de que les caiga una maldición a los que se metan con los cuerpos de los faraones. Más cercanos al NWOBHM, el trabajo de las guitarras es simplemente genial, todo sobre una base rítmica exquisita, con cortes y cambios no muy habituales para el Metal de la época.
‘Into The Coven’ es un clásico que fue incluido por la PMRC (Parents Music Resource Center, formado en 1985 por las esposas de varios diputados estadounidenses para educar a los padres sobre la música nociva para sus hijos) entre las quince asquerosas. Este tema era el número 13, la causa de su inclusión: Ocultismo. El tema habla de la iniciación de alguien para convertirse en hijo de Lucifer. La canción arranca con las guitarras solas, una melodía melancólica que da paso al desarrollo rítmico, un medio tiempo, con una parte central que es casi una canción de cuna para luego volver al motivo central de la canción. Realmente una gran canción.
‘At The Sound Of The Demon Bell’ es tal vez más accesible en cuanto a lo musical, pudiendo resultar un poco predecible. A pesar de eso, tiene un buen riff en la veta del Hard Rock que, si bien no sorprende, hace a un tema ganchero y King Diamond hace de las suyas aquí también. A eso hay que sumar cambios de ritmos que levantan el nivel general de la canción. Buena producción, con unos coros tenebrosos que sorprenden en un tema tal vez menos oscuro que el resto del disco. La banda realmente se luce, con un excelente trabajo de Hansen y Ruzz.
El single del disco fue ‘Black Funeral’, el tema más corto del álbum. ¿Qué nos trae la letra? Satanismo puro: ‘It’s a black funeral/She was a victim of my Coven.’ Ni más ni menos que un sacrificio ritual con todo y sangre aún caliente. Un inicio galopante, la voz impresionante de King Diamond, un tema con pocos cambios, pero que parece no necesitarlos para lograr transportarte a un mundo tenebroso, oscuro y maligno.
Si tuviese que elegir un tema de este disco, probablemente sería ‘Satan´s Fall’, con sus 11 minutos de Metal del mejor nivel dentro de la historia del género. El desempeño vocal de King Diamond es simplemente impresionante. El tema en sí, con sus cambios de clima y de ritmo, sus 16 riffs de guitarra diferentes, con la dupla Denner/Sherman en todo su esplendor, riffs que alcanzarían a otra banda para hacer un disco entero, todo sobre un bajo y una batería que no podrían ser mejores. Si le sumamos una producción impecable que logra resaltar cada instrumento en su momento para crear los distintos climas…resulta esto: un tema épico, maligno, desbordado de satanismo, virtuosismo y buen gusto. ‘Yeah, I don’t need your God/On the law of Satan/Pray and obey it forever/Oh the law of Satan.’ Creo que no hace falta agregar nada más sobre la letra. Una verdadera obra maestra.
Pero el disco aún no termina, todavía que algo más: ‘Melissa’. Inicia con una guitarra melancólica. Excelente el clima logrado por las dos guitarras. Una bruja que ha sido muerta, King Diamond arrodillado frente al altar satánico jura vengarla, para eso un sacerdote debe morir. De nuevo, una producción que ayuda a apreciar todo en el momento justo en cada cambio de ritmo, de clima. La guitarra acompaña el lamento de la voz de manera magistral. Tristeza, desesperada lamentación, oscuridad y, por supuesto, malignidad. Elementos todos que forman esta canción que cierra con toda la melancolía que solo una banda como Mercyful Fate podía entregar en 1983.
Sólo siete temas, unos 40 minutos, suficientes para construir uno de los álbumes indispensables del metal. Un disco inevitable para cualquiera que quiera entender la evolución de un estilo en lo musical, en lo lírico, en lo estético. Incluso la producción, llevada adelante por Henrik Lund, alguien que podría considerarse un novato dentro del Metal. Logró un sonido, sobre todo en las guitarras, acorde a la malignidad, oscuridad y misterio de las historias relatadas en este disco, casi siempre relacionadas con Satanás. ‘Melissa’ es uno de esos discos de escucha obligatoria para todo aquel que quiera comprender la evolución de un género.
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