1985: Possessed, ‘Seven Churches’
1986: Possessed, ‘Beyond the Gates’
Para algunos, el death metal realmente comienza aquí. La visión de Chuck Schuldiner de una versión más extrema del metal proveniente del thrash se hizo realidad en el debut de Death ‘Scream Bloody Gore‘. Los aullidos desgarradores y malvados de Chuck coincidían con el espantoso contenido lírico, respaldados por una base de riffs recogidos en trémolo que eran simples pero aplastantes, llenos de la melodía suficiente que demostraría ser un sello sutil del género a medida que avanzaba.
1988: Death, ‘Leprosy’
Encuesta a un grupo de metaleros y pregúntales cuál es el mejor álbum de death metal y es probable que encuentres una cantidad abrumadora que al menos mencione el debut iconoclasta de Morbid Angel, ‘Altars of Madness’. Como un Tony Iommi del death metal, Trey Azagthoth comandó riffs tectónicos con la melodía de ‘Maze of Torment‘ e ‘Immortal Rites’, mientras que los ladridos demoníacos de David Vincent se abrieron paso durante casi 40 minutos laberínticos.
1990: Obituary, ‘Cause of Death’
Mientras que los contemporáneos de Schuldiner todavía estaban sumergiendo los dedos de los pies en el agua, la mente maestra de la Muerte ya estaba revolucionando el género que inició apenas cuatro años antes. Con PaulMasvidal de Cynic (guitarra), Sean Reinert (batería) y la maravilla sin trastes Steve DiGiorgio (bajo), podría decirse que se armó la formación más férrea, pasando por melodías complejas que se extendían sobre grooves pegajosos, cómodamente impredecibles de un momento a otro.‘Human’ es un raro vistazo a la perfección del death metal.
1992: Bolt Thrower, ‘The IVth Crusade’
En lo que posiblemente fue el año más denso para el death metal, se deben tomar decisiones difíciles y ‘The IVth Crusade’, de Bolt Thrower, se lo lleva todo. Conoces a Bolt Thrower cuando los escuchas, pero este álbum ofrece algo un poco diferente, ralentizando las cosas con un gran efecto.
1993: Morbid Angel, ‘Covenant’
En 1993, el death metal se volvió comercial… algo así. ‘Covenant’ de Morbid Angel se convirtió en el primer disco de death metal en ver un lanzamiento de un sello importante, pero no había ni una pizca de venderse en el aire, 10 aplastantes himnos nacidos del infierno. Claro, la voz de David Vincent se había vuelto bastante inteligible a estas alturas, pero la compensación por esta ligera noción de ‘accesibilidad’ pagó dividendos con la inmediatez de las letras impulsadas por el ocultismo. ‘Inclínate ante mí fielmente’.
1994: Cannibal Corpse, ‘The Bleeding’
Ya es hora de que Cannibal Corpse aparezca en esta lista. Su ausencia hasta ahora indica cuán feroz fue la escena del death metal temprano, pero en 1994 estos gorehounds simplemente no podían ser igualados. El álbum contó con el genio lírico y trastornado de Chris Barnes, quien muchos consideran el mejor de la banda. ‘The Bleeding’ posee la combinación perfecta de calado de dedos flotantes, palpitaciones rítmicas pulsantes y composición pegadiza que culminó en una serie de canciones favoritas de Corpse.