1989 fue un año complicado para Ozzy Osbourne. Los excesos lo llevaron a situaciones extremas, como un intento de estrangulamiento a Sharon, su esposa. Esto resultó en el arresto durante tres meses del cantante. Al poco tiempo la pareja se reconcilió y Ozzy volvió a estudios a grabar su próximo disco, lo que le llevó alrededor de dos años. ‘No More Tears’ salió a la venta el 17 de septiembre de 1991 y es, sin duda, uno de los mejores trabajos de Ozzy Osbourne. Algunos opinan que es el mejor solista y otros que es el último gran disco del Príncipe de la Oscuridad.
Más allá de todo eso, este disco levantó la imagen de Ozzy después de un no muy bien recibido ‘No Rest For The Wicked’ del año 1988, insertó su imagen en una nueva generación e incluso hizo lo mismo con Black Sabbath.
Este álbum contiene varios de los grandes éxitos de Ozzy, cuatro colaboraciones de Lemmy Kilmister que quedaron para la historia y también es el disco en el que Zakk Wylde, si bien ya había estado en el anterior, se consolidó como el gran guitarrista de Ozzy, una sociedad que duraría más de 20 años.
La historia de ‘No More Tears’ es complicada. Acompañaban a Ozzy un joven Zakk Wylde en guitarra, el baterista Randy Castillo (quien fallecería a inicios de los 2000), el tecladista John Sinclair y Bob Daisley en bajo. A poco de iniciarse los trabajos del álbum, Daisley fue despedido. Esta historia no era nueva, había tocado el bajo y compuesto en ‘Bark At The Moon’ en 1983, comenzó a componer para ‘The Ultimate Sin’ en 1986, siendo despedido antes de la grabación, volvió para ‘No Rest For The Wicked’ de 1988 y fue despedido antes de la gira.
Volviendo a ‘No More Tears’, al tiempo de despedirlo, volvieron a contratarlo para ayudar a terminar las canciones y terminó grabando el bajo de todo el disco. Casi sobre el final del trabajo, lo despidieron de nuevo, siendo reemplazado por Michael Inez, quien aparece en las fotos promocionales, videos y, por supuesto, en la gira.
Duane Baron y John Purdell hicieron un gran trabajo de producción, con un sonido aplastante en el que se puede apreciar la melodía de voces y guitarras. En esto también influye el trabajo de Michael Wagener en la mezcla. La composición de gran parte del disco fue responsabilidad de Ozzy, Zakk y Randy, con la participación de Lemmy Kilmister en cuatro temas, que originalmente eran seis, quedando dos fuera del disco. Inez y Purdell colaboraron en el track que nombre al álbum.
Hablando sobre la reedición celebrando los 30 años de ‘No More Tears’, Ozzy dijo: ‘Tengo muy buenos recuerdos de la creación del álbum. Trabajamos duro en la grabación con los productores John Purdell y Duane Baron, que se convirtieron en dos miembros más de la banda. Antes de ir al estudio, hablábamos sobre lo que íbamos a hacer, todo estaba planeado… Pero también pudimos jugar bastante, la pasamos muy bien. La manera de tocar de Zakk es espectacular.’
Por su parte, Wylde recordó: ‘Casi todo lo que escuchas en el disco es lo primero que Ozzy empezó a cantar, lo que salió de él naturalmente, lo que empezó a escuchar en su cabeza, es increíble (…) Mi amor y admiración por él no hicieron más que crecer con los años. Es algo que va más allá de la música.’
El disco abre con el sonido de niños jugando y algo como una cajita musical, tomados de la película ‘Sometimes They Come Back’, como intro de ‘Mr. Tinkertrain’. Un riff de Wylde irrumpe y se escucha a Ozzy diciendo: ‘¿Quieres unos caramelos, niñita?’
Una turbia historia de pedofilia relatada desde el punto de vista del pedófilo. Muy buen tema que señala el camino por el que irá el disco. El solo de guitarra es impecable. Hay un cambio de ritmo y clima en el medio, con intervención interesante del teclado, justo antes del monstruoso solo de Wylde. Al final agregaron un coro muy efectivo. Excelente apertura.
Sin dejar que el oyente descanse, arranca el grandioso riff de ‘I Don’t Want To Change The World’, con un fraseo muy Ozzy Osbourne. Esta es la primera colaboración de Lemmy en el disco. Esta grandiosa canción ganó un Grammy y ha permanecido como un clásico de Ozzy.
La segunda participación de Lemmy llega en la imponente balada ‘Mama I’m coming Home’, que Ozzy escribió para su esposa Sharon. Ozzy y Zakk se sorprendieron con el éxito de esta canción.
‘En ese momento, mucha gente fue a la guerra en Iraq. Nos contaron que los soldados les mandaban esa canción a sus esposas. Amaban ese tema,’ dijo Ozzy. Zakk comentó que el tema fue compuesto para piano originalmente: ‘Tenía la música y cuando llegamos al estudio, la transpuse a la guitarra. Dije: ‘Déjame probarla en las 12 cuerdas y ver cómo suena’. Así es como evolucionó la canción; originalmente estábamos solo Ozzy y yo tocando el piano.’
Ya con la música y las melodías vocales compuestas, sumaron a Lemmy para que hiciera la letra. Lemmy había dicho sobre esta canción: ‘Cuando estaba escribiendo con Ozzy, su manager me mandó una grabación de él cantando algo como ‘Aaaeeeaaeeeaah’, y tuve que encontrar palabras que encajaran con eso. Creo que me tomó diez minutos.’
Un toque southern en la guitarra, una melodía sencilla y muy ganchera, sumando la letra de amor de Lemmy, dan como resultado uno de los más grandes éxitos de la carrera de Ozzy, que llegó al número 2 en la lista de Billboard y es el único Top 40 de Ozzy, además del dúo con Lita Ford, ‘If I Close Me Eyes Forever’. En el video de clip, Ozzy es golpeado en la cara por una paloma.
El riff de ‘Desire’ vuelve a levantar el ritmo en un disco que no presenta fisuras. Muy buen tema y muy bien ubicado en el track list. Coro muy contagioso en esta otra colaboración de Lemmy. Un tema que recuerda a ‘No Rest For The Wicked’, con mucho de Zakk.
‘No More Tears’, con su duración de 7:23, fue hecha a partir de un riff de bajo creado por Mike Inez, quien aparece en el excelente video clip del tema (del que hay dos versiones, una larga y una corta), a pesar de no haber tocado en la grabación del álbum. El bajo es realmente aplastante en todo el tema, igual que el riff principal. La forma en que se prepara la llegada del solo, con clima de teclados y batería, es simplemente sublime. Sin dudas, una de las mejores cosas grabadas por Ozzy y Zakk, que llegó al puesto 10 del US Mainstream Rock Tracks y 71 en el Billboard Hot 100.
El tema fue regrabado por Zakk Wylde en una reedición de ‘Sonic Brew’ de Black Label Society. La canción aparece también en la película ‘Little Nicky’, de Adam Sandler, en la escena donde aparece Ozzy y le arranca la cabeza a un murciélago con los dientes.
‘Won’t Be Coming Home (S.I.N.)’ es otra muestra de la colección de riffs de Zakk. Ozzy hace lo suyo muy bien. Muy buen coro y puente, esta canción es una gran muestra de melodía. A lo largo del disco, cada solo de guitarra vuelve a sorprender.
‘Hellraiser’, imponente canción, con gran riff y una base rítmica arrolladora. Lemmy vuelve a poner letra sobre la vida del Rock and Roll, en la que el narrador es el protagonista, una especie de letra autobiográfica. Otra canción que quedó en la historia, que además tiene una versión de Mötorhead, grabada para la película Hellraiser III: Hell on Earth.
Posteriormente fue incluida en el álbum `March Ör Die’ de 1992. Curiosamente, a pesar del enorme éxito de la canción, Ozzy nunca la lanzó como single. La versión de Ozzy fue incluida en Grand Theft Auto: San Andreas, de 2004.
La siguiente es la melancólica ‘Time After Time’, canción un poco predecible, con un estribillo de voces dobladas, un arpegio inicial cautivante y, otra vez, un excelente solo de guitarra.
‘Zombie Stomp’ es otra canción larga (6:13) en la que los instrumentos cobran protagonismo que generan un patrón interesante al inicio, llevando a un buen riff con un trabajo vocal un poco previsible. Aún así, la canción se hace llevadera a punta de riffs y solos impecables.
‘A.V.H.’ arranca con sonidos southern para levantar la temperatura muy rápido, siempre apuntando a un soberbio trabajo de guitarra apoyado en una base rítmica impecable.
La edición original del álbum cierra con la hermosa balada ‘Road To Nowhere’, con Zakk generando melodías, riffs potentes y solos que resaltan la voz de Ozzy, en una interpretación grandiosa.
Probablemente la mejor de las tres baladas de este álbum, con una melodía hermosa y melancólica a la que se le suma la guitarra aguerrida de Zakk. Un cierre perfecto para este disco histórico.
‘No More Tears’ es simplemente un disco imprescindible en la historia no solo de Ozzy Osbourne y Zakk Wylde, sino en la del Rock y el Metal, que logró marcar una época muy difícil, en la que la tendencia del mainstream iba para otros lugares.
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