Este documental, que muestra cómo el metal se conecta e impacta a las culturas en América Latina, se puede ver exclusivamente a través de Metal Hammer.
‘Llevo 10 años viajando por Latinoamérica, documentando la música metal, un género musical que se ha transformado para contar las historias de la región. En el proceso, las personas amantes del metal se han enfrentado a todo tipo de prejuicios sociales. Dicen que atacan la moral, que se involucran en multitud de excesos, e incluso que han contribuido a la americanización de sus países. Pero quizás la crítica más constante que he visto en ese viaje, es que no brindan soluciones a las realidades de sus respectivos contextos. Este documental es una invitación a ver una cara poco comentada del metal latinoamericano. Uno que postula el uso de la música para transformar nuestras realidades. Cada ejemplo, un acto de resistencia’.
Así comienza la voz en off del poderoso documental del Dr. Nelson Varas-Díaz ‘Acts Of Resistance: Heavy Metal Music in Latin America’, filmado en Guatemala, Colombia y Educador, y que se centra en cómo los fanáticos del metal y los músicos usan el poder de la música para lograr un cambio genuino en sus vidas. sociedades. Es una película fascinante, reveladora e inspiradora, y se difunde exclusivamente en Metal Hammer.
La película sigue a Díaz, profesor del Departamento de Estudios Globales y Socioculturales de Florida International University, mientras entrevista a artistas, promotores y fanáticos del metal en los tres países, y descubre cómo el metal atrae y cambia la cultura en cada territorio.
Díaz ha producido anteriormente los documentales premiados, ‘The Distorted Island: Heavy Metal y comunidad en Puerto Rico’, y ‘The Metal Islands: Culture, History and Politics in Caribbean Metal Music’. también dirigió la película ‘Songs of Injustice: Heavy Metal Music in Latin America’, que se estrenó en Metal Hammer en abril de 2019.
La música metal se ha convertido en una forma de activismo anticolonial en América Latina, ya sea inspirando apoyo para las escuelas rurales en Guatemala, ofreciendo participación en el activismo ambiental en Ecuador o canalizando recuerdos de injusticias históricas y conflictos armados en Colombia para ayudar a negociar la paz.
(Crédito de la imagen: Black Chango Films)
La primera parte de Acts Of Resistance se centra en el trabajo de Internal Circle, un colectivo de metaleros con conciencia social en Sumpango, Guatemala, una ciudad con una población de 28.488 habitantes. ‘La llamamos la ciudad de las calaveras’, dice Gerardo Pérez Acual, miembro del Circle, quien patrocina una escuela primaria rural remota y recauda fondos para la educación a través de conciertos de rock donde todos los asistentes deben donar tres cuadernos de 100 páginas para la escuela. Cuando los miembros del grupo visitan las instalaciones, la emoción de los niños es tangible: ‘¡Los rockeros, los metaleros, ya vienen!’ grita un niño emocionado.
En Colombia, la película se centra en las bandas de metal extremo Masacre y Tears of Misery. El país ha sido testigo de cinco décadas de conflicto armado que involucró a la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) contra el gobierno y el ejército, con tensión adicional proveniente de los paramilitares que buscan obtener el control del tráfico de drogas y los ciudadanos más pobres del país atrapados en la mitad. Aquí, los niños son reclutados en grupos armados desde los siete u ocho años.
Sebastián Rodríguez, guitarrista de Tears Of Misery, explica que su banda toma su nombre de las lágrimas de las víctimas del conflicto armado. Alex Okendo, de Masacre, revela que la carrera de 30 años de su grupo está dedicada a documentar y compartir los horrores de la violencia. ‘Creo que un pueblo que no tiene memoria, está sujeto a que se repita su desgracia’, dice.
‘Hay muchas bandas que abordan el conflicto armado’, le dice Sebastián Rodríguez a Hammer. ‘Lo que contamos en nuestras canciones no se basa en la fantasía, sino en una realidad palpable. Lleno de muerte y odio, pero también como símbolo de recuerdo y esperanza’.
La película también presenta una entrevista con el exguerrillero de las FARC Johan Andrés Nino, una vez preso político encarcelado por el estado colombiano, quien revela que él y sus colegas se inspiran en la música metal en su lucha. ‘El metal siempre estuvo ahí’, dice simplemente. ‘Cuando estaba en la guerrilla siempre estaba ahí. Cuando estaba en la cárcel, siempre estaba ahí. Y ahora que salí, todavía está ahí’.
El tercio final de la película tiene su sede en Ecuador, donde los veteranos Curare cantan contra la deforestación y la minería por parte de multinacionales que contamina el nivel freático en un país donde el 15% de la tierra ha sido cedida a empresas mineras. ‘El agua vale más que el oro’, canta la banda en el himno característico de Mama Yaku. ‘El agua vale más que el aceite. El agua vale más que el cobre. El agua es nuestra fuente de vida’.
‘El heavy metal nació al margen, como una expresión cultural de la clase trabajadora en Birmingham, lejos del mainstream’, dice el guitarrista y vocalista Juan Pablo Rosales. ‘Lo mismo ocurre con la música andina, pero hay un sentido de comunidad compartida, pertenencia e inclusión en ambas culturas’.
Un álbum recopilatorio gratuito que muestra los artistas y las canciones que aparecen en la película se puede descargar de forma gratuita desde Bandcamp. Con 24 canciones de 13 países diferentes, la compilación incluye Masacre, Tears Of Misery, Curare y también bandas como Leprosy de México, Kranium de Perú, Arraigo de Argentina y más.
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Nota traducida de Metal Hammer.